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Así vive doctora en Madrid el Covid-19: “somos la primera línea en esta guerra”

Personal sanitario español narra cómo viven el estado de emergencia; expertos advierten que México va en el mismo camino

Desde hace ya más de una semana, cuando cae la noche en España, sus ciudadanos se asoman al mismo tiempo a las ventanas y balcones y rompen en aplausos y silbidos. Los ánimos son para médicos como Mónika Vicente y enfermeros como Luis y María, que combaten en la trinchera contra el coronavirus, que en el país se ha cobrado ya 2 mil 696 vidas humanas y ha dejado al menos 39 mil 673 personas infectadas.

Así vive doctora en Madrid el Covid-19: “somos la primera línea en esta guerra”

Mónika Vicente se prepara algo de comer. Acaba de salir tras 19 horas en Urgencias como jefa de hospital en el Hospital Rey Juan Carlos en Madrid. “Si esto es una batalla, somos la trinchera”, dene. Madrid concentra mil 535 muertos y más de 12 mil afectados. Con dos décadas de experiencia como médico de urgencias, Mónika no se asusta fácil. Y ahora dice que su día a día “es el inerno en la Tierra”. “La enfermedad es de contagio muy elevado. Cada 24 horas hay más y más enfermos, la mortalidad entre los ancianos es elevada y hay mucha afectación entre gente más joven sin patología previa. Esto no lo calculamos previamente ni pensamos en ningún momento que iba tener esta categoría de catástrofe”, se lamenta. Sólo en su última guardia, atendieron en su centro más de 160 pacientes con problemas respiratorios. Madrid, frente a la más que probable saturación de los servicios de salud, ha convertido su enorme recinto ferial, con 200 mil metros cuadrados, en un hospital de campaña.

“Este virus puede provocar insuciencia respiratoria y neumonías bilaterales multilobares, muy complicadas. En general los jóvenes evolucionan bien, pero vemos que hay un rango entre los 50 y los 70 años que está muy afectado y no lo esperábamos. La solución para los pacientes con insuciencia respiratoria severa y que se agotan respiratoriamente, es la intubación y que oxigenen lo más posible, ya que si el pulmón no funciona, te agotas y tienes una parada pulmonar y luego cardiopulmonar”, explica. Dos armas con las que Mónika y el resto de los médicos contaban para este tipo de afecciones, como son los broncodilatadores nebulizados —dividir el medicamento líquido en pequeñas gotas— y la ventilación mecánica no invasiva, no las pueden usar ya que la propagación del virus aumenta terriblemente. “Tiene una capacidad de contagio muy elevada y el tiempo de enfermedad es muy prolongado, de cinco a 10 días con ebre y síntomas respiratorios. Empieza levemente, pero luego, al quinto o séptimo día, pueden aparecer afectaciones en los pulmones”, dice. Como fármacos, administran antibióticos, hidroxicloroquina y retrovirales para el VIH como el kaletra.

“Que llega, llega”

México y el resto del continente latinoamericano tienen una ventaja frente al coronavirus: conocen el futuro. Sus primeros casos importados se han dado un mes después de los de Europa, que se ha convertido en el gran foco en el mundo occidental. Si se comparan las cifras de infectados por día, el aumento en México es prácticamente idéntico al del resto de países donde ha entrado el virus. En España e Italia, las nuevas grandes víctimas de la pandemia, los primeros casos se detectaron sobre el 1 de febrero, mientras en México fueron el 28 de ese mes. Los entrevistados españoles comentan que nunca pensaron que fuera a ser tan grave y que su gran error fue seguir haciendo una vida más o menos normal mientras el coronavirus se expandía.



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