Aprovechan ‘pepena’ después de las trillas. ‘Peinan’ familias enteras las parcelas
También ellos sufren pérdidas en recolección de granos
Regional.- Al término de las trillas de maíz en la región, algunos residentes de la región, en su mayoría trabajadores agrícolas o sus familias, están aprovechando la llamada “pepena”, es decir las mazorcas enteras o fraccionadas que quedaron en las parcelas después de las trillas.
Algunos trabajadores, “pepenaron” las mazorcas tanto pronto y sus patrones terminaron de trillar sus predios agrícolas, mientras que otros lo hicieron después de que las parcelas fueron rastreadas, aprovechando que el producto quedó más al descubierto.
Sin embargo, en muchos de los casos, las mazorcas quedan cubiertas de tierra o son despedazadas, lo que poco los importa a los “pepenadores”, pues saben que lo poco o mucho que levanten es para ellos.
Muchas personas acuden a levantar las mazorcas que no pudieron trillar las máquinas, para venderlas por kilos, enteras o desgranadas en algunos centros de acopio que compran al menudeo en la región.
Pero otros “pepenadores”, utilizan los maíces para el consumo personal o alimentar a sus animales, incluso los olotes los utilizan para hacer fuego y calentar los comales para cocer tortillas o recipientes para cocinar.
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Sin embargo, en ésta temporada, al igual que a los agricultores les bajo la producción de granos, algunos “pepenadores”, también resintieron este mal ciclo, pues también para ellos hubo mermas en su recolección, porque las mazorcas fueron mucho más pequeñas que de costumbre.
Por otra parte, conforme avanza la tecnología y se crean cuchillas más eficientes y funcionales que van en los cabezales de las trilladoras, disminuyen las pérdidas para los agricultores, pues el agarre y desgrane de las mazorcas, cada vez son mejores.
Cuando comenzaron a operar las primeras máquinas recolectoras en la ciudad, eran grandes las cantidades de mazorcas que se perdían, por ellos, cuando llegaba la hora de la “pepena”, los agricultores daban un porcentaje a los recolectores de las mazorcas, o se iban “a medias”.
Sin embargo, conforme fueron mejorando la eficiencia de las máquinas y los desperdicios disminuyeron considerablemente, los agricultores generosamente conceden la llamada “pepena” a sus trabajadores o personas allegadas.