Antonio Ferrera, enamora y enloquece
Diciembre 14, 2021 -
Algunos coinciden en que en la tauromaquia de Antonio Ferrera hay mucho de histriónico. Sin embargo, ese es, para algunos, el toreo, lo que nace del sentimiento, de lo auténtico, lo que a veces se sale de lo ortodoxo para convertirse en heterodoxo
Ciudad de México
Por ello, la faena que consiguió el español en la Plaza México el pasado domingo fue espectacular, logrando primero enamorar y después enloquecer a los casi 40 mil espectadores que le gritaron “¡torero, torero!”, que lo animaron a dar una vuelta al ruedo tras un espectacular tercio de banderillas y que se sorprendieron cuando, de la nada, se subió al caballo a picar.
Literal hizo de todo, pues con la muleta aprovechó a un gran toro de Bernaldo de Quirós, noble, bravo y con enorme calidad. Muletazos templados, en los que se recreó y disfrutó. Por ello, cuando el público vio la estocada entera, pidió el rabo, que no le fue concedido.
Ferrera ni se inmutó, con lo que se puede calificar como un escamoteo, disfrutó el cariño del público.
Pero los mexicanos dieron su golpe de atención. Los “Diegos”, Silveti quien combinó el valor, la entrega y su fino trazo en una faena de buen calado a su primero. Silveti nunca se deja nada dentro y por ello le cortó la oreja al toro de Fernando de la Mora, con merecimiento, lo que no reafirmó en su segundo de Bernaldo de Quirós que fue incierto.
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El otro Diego, San Román, que se convirtió en matador de toros, dejó ver dos facetas de un joven que inicia, pero que tiene un enorme futuro. Templado en su primero, con un toro extraordinario de Bernaldo al que toreó con calidad, fallando al matar; y valentísimo con el octavo de De La Mora sin inmutarse, en una labor de gran mérito que rubricó con un estoconazo, lo que le valió el trofeo.
“Morante de la Puebla”, figura indiscutible del año, trajo al público, pero no tuvo fortuna con sus dos deslucidos enemigos. Sólo detalles y nada más.