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Antares concibe danza 'disidente'

Al cuerpo disidente, blanco de la violencia, dirige Miguel Mancillas la mirada en Las buenas maneras

CIUDAD DE MÉXICO

Antares concibe danza disidente

Tendríamos que asumirnos como seres humanos y ya'". E hizo suyas las palabras. En Las buena maneras, una pieza que estrenó en abril de 2019 y que ahora repondrá este fin de semana, 15 bailarines alternan la falda y los tacones con ropa asociada a lo masculino. Como coreógrafo, se calzó incluso las zapatillas, sintiendo al correr, confiesa, una "vulnerabilidad absoluta", la cual combatió al desmontar la sexualización al objeto y pensarlo como un espacio de poder. "Hago una deconstrucción de la ropa porque me parece que, si como mujer decides usar zapatillas, es tu gusto y tú sabrás, y si el hombre lo decide, también.

Igual si una mujer decides usar un traje, que se dice que es masculino, pero en realidad es vestimenta". Pero Las buenas maneras representa otro "atrevimiento" para él, éste escénico: nunca había trabajado con un grupo tan grande de bailarines en una coreografía propia, y lo asume como un reto que le lanzó la coreógrafa Guillermina Bravo en un Festival Internacional de San Luis Potosí Lila López: "Deberías de trabajar una obra de grupo". Mancillas, a cargo de cuatro bailarines entonces, replicó: "Maestra, somos un grupo". "Miguel, cuatro no son grupo", reviró Bravo, y le advirtió: "Cuando trabajes con muchos bailarines vas a entender el reto que implica la construcción de una obra".

Con este montaje, el coreógrafo sonorense no pudo sino recordar aquellas palabras. En Antares colaboran de manera fija 8 bailarines, pero para Las buenas maneras el grupo creció a 15. Un trabajo demandante, además de un obstáculo, pues cada vez resulta más difícil programar obras de gran formato. "Te dicen: 'No, son muchos, no puedo'. No se piensa tanto en la obra sino en las economías", expone Mancillas, ganador del Premio Nacional de Danza Contemporánea José Limón 2018. "Yo lo gocé, pero no creo que sea un equipo de trabajo que yo pueda sostener", dice en referencia al pago de los bailarines.

Por otra parte, Mancillas expresa que en Las buenas maneras está presente la "animalidad" que propone al intérprete, arrojarse, tomar riesgos físicos, a la vez que logra empatar las partes arquitectónicas de la composición con la intuición de sus ejecutantes. En el escenario, ha dispuesto una gran escalinata. "Una obsesión por controlar y al mismo tiempo (dejar) que (el bailarín) se suelte y se libere, después de entender qué es lo que está diciendo". Antares, una de las compañía de danza más destacadas del interior de la República, se encamina ya a su 35 aniversario, en 2022. En su primer programa de mano se leía: "Dedicarte a la danza es una locura, pero dedicarte a la danza en provincia es un suicidio".

El panorama en 1987 no es el de ahora, pero sí fue un acto de fe y arrojo, dice Mancillas. "Es difícil el arte en una sociedad a la que se le ha educado a priorizar solo cosas tangibles". Pero al final, siempre está el goce de bailar. Las buenas maneras tendrá tres únicas funciones: el viernes a las 20:00 horas, el sábado a las 19:00 y domingo a las 18:00. Todas en el Teatro Raúl Flores Canelo del Cenart, en Río Churubusco y Tlalpan, Country Club.



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