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Ángela Ponce busca derechos transgénero universales

Después de ganar el concurso nacional de belleza de España en junio, Ángela Ponce se convertirá en la primera mujer transgénero en competir en el certamen Miss Universo. Pero también ha emprendido la misión de desafiar los conceptos tradicionales de género y belleza, así como derribar lo que ella ve como barreras inaceptables en la industria de la moda.

Ángela Ponce.Ángela Ponce busca derechos transgénero universales

"Aun si muchas personas no desean verme como una mujer, claramente soy una de ellas", afirmó Ponce, de 27 años, quien creció en Pilas, un pueblo conservador del sur de España donde su padre era dueño de un bar. "No había nadie como yo", dijo.

Eso se extendía a su escuela, que la colocó en un grupo de niños con necesidades especiales, junto con algunos que lidiaban con familias desintegradas o que pertenecían a la comunidad minoritaria romaní, o gitana.

Pero sus padres lucharon con fuerza contra cualquier esfuerzo por señalarla, así como contra la atención despectiva y los insultos que recibía con frecuencia. Cuando era muy pequeña, era alentada por ellos para que jugara con sus muñecas favoritas.

"Los problemas para mí empezaron fuera de mi hogar, en la escuela y en la calle", dijo. "Mis padres siempre me apoyaron, pero desde el momento en que nací, sentí que era una figura pública y que la gente de algún modo tenía derecho a hablar sobre cómo era yo".

Hace tres años, tras ganar un concurso regional de belleza, se mudó a Madrid para emprender su carrera como modelo. Al mismo tiempo, también empezó a colaborar con la Fundación Daniela, que fue establecida por una mujer española que luchó contra la administración de una escuela que no quería reconocer a su hija como transgénero.

Como voluntaria de la Fundación, Ponce ofrece pláticas en escuelas y se reúne con menores y padres que enfrentan problemáticas transgénero.

Cuando tenía cerca de 16 años, Ponce decidió someterse a un tratamiento hormonal y, finalmente, a una cirugía plástica vaginal. Sin embargo, dijo que su mensaje a las adolescentes con quienes se reúne es siempre que la cirugía vaginal es una decisión personal, y que no es esencial para ser mujer.

Su reciente éxito como reina de belleza le ha traído admiradores, pero también muchas críticas, principalmente de otras mujeres, señaló.

"Lo que me impacta es que muchas críticas han provenido de mujeres y personas de mi propio colectivo, justo cuando las mujeres están saliendo a las calles a pedir reconocimiento", expresó. "Me parece extraño que algunas mujeres no toleren que yo vaya a una competencia para representar a mi País como la mujer que soy".

España, predominantemente católica, ha ido a la vanguardia en varias cuestiones relacionadas con el género. En junio, Pedro Sánchez, el nuevo Primer Ministro del País, nombró a mujeres como titulares de 11 de los 17 ministerios del Gobierno, la proporción más alta entre los países occidentales.

España también se convirtió en una de las primeras naciones en legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo, en el 2004.

Ponce dijo que gran parte de las recientes críticas en las redes sociales contra ella provinieron de mujeres en el extranjero, quienes creen que ella tendrá una ventaja injusta sobre las otras reinas de belleza nacionales cuando participe en el certamen Miss Universo más adelante este año. Aparte de su cirugía genital, Ponce aclaró que el único procedimiento adicional al que se ha sometido fue una cirugía plástica para agrandar sus senos, luego de su tratamiento hormonal.

"Cuando oigo que todas las chicas no estarán compitiendo en condiciones iguales, digo que es correcto, pero sólo porque, de hecho, yo he tenido que hacer el doble de esfuerzos para llegar allí, porque la naturaleza no me dio todo", declaró. "Mi rostro siempre ha sido el mismo, les guste o no, e igual mi cintura".

Ponce también describió lo que llama la hipocresía de algunas marcas importantes de ropa que la rechazaron como modelo una vez que se enteraron de que era transgénero. "Hay marcas que están felices de que compres y uses su ropa, pero no de tenerte en sus pasarelas", comentó.

Durante una entrevista con Ponce, su hermana, Amanda, de 19 años, la veía fijamente y luego le tomó varios acercamientos con su teléfono celular.

"Sólo puedo estar muy orgullosa de mi hermana", expresó. "Ha trabajado muy duro para llegar aquí, pero sé que ella y todas las demás mujeres pueden llegar más lejos".








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