Anaya, paralizado por el triunfalismo
En posdebate ratifica que sólo él puede derrotar a López Obrador.El triunfalismo de Ricardo Anaya se instaló en su entorno tras el debate de los cinco candidatos presidenciales, el domingo 22, del que se autoproclamó ganador y en cuyo posdebate ratificó su línea estratégica de que sólo él puede derrotar a Andrés Manuel López Obrador con el “voto útil” del priismo.
“¡Anaya presidente, Anaya presidente!”, es la expresión sembrada por los animadores en los mítines del candidato, como en los cinco en un día que, por vez primera en su campaña, encabezó en Puebla, donde la maquinaria del exgobernador Rafael Moreno Valle movilizó a miles de acarreados.
“¡Acaba de darle un nocaut a ya sabes quién! ¡Lo dejó en la lona!”, festejó ante Anaya la candidata a senadora Nadia Navarro, en un mitin en Tepeaca, Puebla, el estado que más ha privilegiado en el primer tercio de su campaña.
Pero este ambiente triunfalista contrasta con la cautela de políticos experimentados cercanos a Anaya, como el senador Ernesto Ruffo Appel, el primer gobernador de oposición y candidato a diputado federal, quien la misma noche del debate lo vio “dominante”, pero no contundente ante López Obrador.
“Esto va hacer que López Obrador baje un par de puntitos, a lo mejor Ricardo sube un par de puntitos y va a disminuir la distancia que los separaba. Sin embargo, no hubo una situación contundente.”
¿Hubo nocaut a López Obrador?
No vi nocaut, pero lo vi no dominante de la cancha: evasivo, populista, como siempre ha sido, como un pescado resbaloso. Pero es el incumbente, el que va arriba, y era obvio que muchos de los asuntos críticos iban a ser en contra de él, y él tenía que venir a resbalarlos.
Agustín Basave, el coordinador de asesores de Anaya, es todavía más mesurado: aunque el desempeño del candidato en el debate replantea la contienda e implica un reposicionamiento de éste, “tenemos que evitar cometer el error de confiarnos”.
Alerta: “Hay gente que piensa que le fue muy bien, que ganó el debate, y entonces todo de aquí en adelante es muy fácil: que vienen dos debates que va a volver a ganar y que ya ganó la Presidencia. No. Tenemos que ajustar cosas, tenemos que relanzar la campaña y no caer en el error, en el espejismo, yo diría, de que el debate ya decidió la elección”.
Pero el relanzamiento de la campaña de Anaya no se ha materializado porque existen dos posturas en el equipo de campaña y en la coalición Por México al Frente: la que establece que las cosas van bien y no hay que hacer mayores cambios, y la que plantea que es hora de olvidarse del PRI y atacar sólo a López Obrador.
Jorge G. Castañeda, el coordinador estratégico, es el más tenaz promotor de la convergencia priista, aunque no formalmente con el PRI, “ni mucho menos con Enrique Peña Nieto”, sino “con los votantes”, a quienes invita a “venir a casa” con Anaya.
“Esos votantes tienen que venir a casa. ¿Por qué? Porque son jóvenes, en muchos casos universitarios, mujeres que deben reconocerse mejor en Ricardo Anaya que en López Obrador”, declaró, el viernes 27, al conductor Luis Alberto Medina, de Proyecto Puente de Sonora.
Ante este escenario en su equipo de campaña y la alianza de los partidos
Acción Nacional (PAN), de la Revolución Democrática y Movimiento Ciudadano, Anaya se mantiene vacilante: No ha tomado aún ninguna decisión.