La caída se debió principalmente a preocupaciones por las enormes deudas adquiridas por empresas chinas de bienes raíces, y por las devastadoras repercusiones que causaría una declaración de impago.
El índice S&P 500 descendió un 1,8%. El índice no ha sufrido una contracción mayor del 1% desde mediados de agosto. Lleva dos semanas en terreno negativo, y parece enrumbado a su primer declive mensual desde enero.
El promedio industrial Dow Jones caía 572 unidades (1,7%) para ubicarse en 34.012 y el tecnológico Nasdaq perdía 2,3%. El índice de pequeñas empresas Russell 2000 caía en 2,7%.
Particularmente bajaban las empresas tecnológicas. Apple perdía 2,3% y el fabricante de chips Nvidia cedía 3,7%.
Los bancos perdían ante la baja de los rendimientos de los bonos. El rendimiento de los bonos del tesoro estadounidense a 10 años bajaba de 1,37% a 1,32%. Bank of America perdía 3,1%.
Los precios del petróleo disminuían en 1,5%, lo que deprimió al sector energético.
Las empresas de servicios colectivos y otros sectores trabajaron menos volátiles subieron.
El índice Hang Seng de Hong Kong caía en 3,3% sufriendo su mayor pérdida desde julio. Otros mercados en Asia estaban cerrados por ser feriado. Los mercados europeos sufrieron una contracción de 2%.