Ohio.
A medida que más estados de Estados Unidos adoptan el sistema de votación por correo, ha surgido un detalle que a menudo se pasa por alto y que constituye una línea divisoria partidista: los gastos de franqueo.
Las preguntas de si se deben exigir estampillas para las solicitudes de voto en ausencia y para las propias boletas, quién las paga y qué sucede con los sobres sin estampillas es objeto de demandas y riñas políticas en los poderes estatales.
En los juicios entablados en Florida por la organización demócrata de recaudación de fondos Priorities USA, en Georgia por Black Voters Matter y en otros estados se sostiene que las estampillas constituyen un requisito monetario similar a un impuesto electoral, que afecta más a las comunidades minoritarias y de bajos ingresos.