Connacionales son concentrados en Raymondville
Viven encierro por cinco meses y luego los deportan
Connacionales son concentrados en Raymondville
Benigno pasó cinco meses en un centro de detención para ilegales en Raymondville, Texas pasando hambre y frío antes de ser deportado ayer por el Puente Internacional Nuevo de Matamoros, un punto de la república muy alejado de su tierra de origen, Tijuana, Baja California.El connacional que al igual que miles de mexicanos son expulsados, día a día por la frontera entre México y Estados Unidos, en su intento por lograr mejores condiciones de vida y laborales, narra que no fueron maltratados físicamente, pero sí tuvo que pasar frío, hambre y, sobre todo, depresión por estar en fechas importantes como la Navidad y el Año Nuevo solo, encerrado y alejado de su familia. Elvira, una joven de entre 20 y 25 años, originaria de Tula, Tamaulipas también pasó por el proceso de deportación, y mientras era atendida por elementos del Grupo Beta, y de la Secretaría de Salud, para verificar su estado físico, pidió a los reporteros “un raid” a la Central de Autobuses.“Yo traigo dinero, ya me comuniqué con mi familia, y solo quiero llegar lo más pronto posible a tomar un autobús y regresarme a mi tierra, ya no quiero saber nada de los Estados Unidos, ya no volveré a intentarlo nuevamente’ dijo la tamaulipeca.Los días y las noches frías que pasó en el encierro, prácticamente la marcaron de por vida, cerca de medio año de permanecer en reducidos espacios donde concentran a mexicanos candidatos a la deportación, le motiva a buscar alternativas de mejor vida, pero en su tierra, junto a su gente, junto a su familia.Los elementos del Grupo Beta le informaron que en cuestión de minutos, ella junto con el grupo de compatriotas que habían sido deportados serían llevados a la Central de Autobuses para que de ahí partieran a sus lugares de origen.Elvira y Benigno son solo un ejemplo de la realidad que pese a las reuniones entre los Presidentes de México y Estado Unidos, Enrique Peña Nieto y Barack Obama, que junto con integrantes de sus gabinetes agendan reuniones –por demás publicitadas- con elegantes recepciones para Jefes de Estado, guardias y cañonazos de honor, en donde tratan sobre el tema migratorio, en la practica y realidad, la situación para los connacionales que son detenidos en los Estados Unidos, previo a su deportación sufren de una serie de violaciones de derechos humanos, que no se han podido resolver.Aquí en Matamoros nos han tratado bien, creo que mejor que en “el otro lado” comentaron Benigno y Elvira, mientras se preparaban para consumir los lonches y refrescos que se les entregan por parte de elementos del Grupo Beta.Matamoros y Reynosa, como municipios fronterizos alternan la recepción de los mexicanos que el gobierno de los Estados Unidos detecta y deporta al comprobarles su irregular estancia en tierras norteamericanas, no obstante algunos de ellos de alguna manera hayan creado motivos para su permanencia, o la posibilidad de alguna oportunidad de poder legalizar su estancia, principalmente aquellos que crearon una familia, y que llegan a ser separados mediante la deportación de alguno de sus miembros.