Chicago/San José.— La crisis desatada por el coronavirus tiene otro rostro en algunos países: la lucha de poder entre el Ejecutivo y los gobiernos estatales, pues éstos —ante lo que consideran inacción por parte de sus mandatarios— adoptaron sus propias medidas.
En México, gobernadores y empresarios han cuestionado las decisiones del presidente Andrés Manuel López Obrador, lo que ha agudizado la polarización política.
En Estados Unidos, epicentro de la enfermedad, la lenta reacción de Donald Trump llevó a los estados a adelantarse a las disposiciones federales, mientras que en Brasil, Jair Bolsonaro incluso destituyó al ministro de Salud.