Viaje a través de los tiempos

Museo Británico presenta la muestra “El mundo de Stonehenge” hasta el 17 de julio

Londres, Inglaterra

Aunque es un monumento que ha atraído multitudes durante miles de años, Stonehenge aún guarda muchos secretos.

El círculo de piedra, cuyos enormes pilares requirieron de 1.000 personas para mover, se erigió hace 3.500 a 5.000 años en una llanura azotada por el viento en el suroeste de Inglaterra. Su propósito aún se debate: ¿Era una calculadora solar, un cementerio, un santuario?

Una nueva exposición en el Museo Británico de Londres desvela parte del misterio: Stonehenge fue, en ocasiones, todas esas cosas. Pero el objetivo más importante de la muestra es dar vida a las personas sorprendentemente sofisticadas y adoradoras del sol que la construyeron.

ADORAN MONUMENTO

“Todos sentimos que conocemos Stonehenge”, dijo  el curador principal Neil Wilkin. “Pasamos por la (autopista) A303 y la visitamos como escolares o llevamos a nuestros hijos a verla. Pero a menudo no sabemos mucho, o sentimos que no sabemos mucho, sobre el mundo, las personas que construyeron el monumento y que vinieron a adorar en el monumento”.

La exposición “The World of Stonehenge” (El mundo de Stonehenge), abierta al público desde el jueves hasta el 17 de julio, reúne más de 430 objetos de toda Europa para explorar a los creadores del monumento y su mundo. Fue una época de cambios radicales que vio avances tecnológicos, migración a gran escala y transformación social.

Los objetos exploran grupos sucesivos de personas que vivían en el área, 130 kilómetros (80 millas) al suroeste de la actual Londres. A los agricultores seminómadas del Neolítico que construyeron la primera fase de Stonehenge, con piedras transportadas 250 kilómetros (150 millas) desde Gales, les siguieron agricultores, comerciantes y guerreros de la Edad del Bronce que estaban profundamente relacionados con la Europa continental.


Troncos de la Edad del Bronce de 4.000 años del círculo conocido como Seahenge

LA ESTRELLA DE LA EXPO 

 El elemento estelar de la exposición es el disco celeste de Nebra de 3.600 años de antigüedad, un disco de bronce con incrustaciones de símbolos dorados que representan el sol, la luna y las estrellas, y que se cree que es el mapa más antiguo del cosmos que se conserva. El disco fue hallado en 1999 en el este de Alemania, pero el oro proviene de Cornualles, en el suroeste de Inglaterra, algo que evidencia que los antiguos británicos estaban más conectados de lo que podría pensarse.