Ve sacerdote falta de autocrítica en Legionarios de Cristo

Según el Padre Alberto Carrara, un “sistema” que funciona bien es el que logra tener en sí mismo la capacidad de diagnosticar y reconocer sus propios errores

En medio del escándalo por los abusos sexuales cometidos por al menos 33 sacerdotes de los Legionarios de Cristo, el padre Alberto Carrara cuestionó qué les impide todavía tener personalmente e institucionalmente una sana autocrítica correctiva.

En una carta titulada ¿Ha cambiado algo en la Legión durante estos años de renovación?, el prelado advirtió sobre la terrible historia del padre Fernando Martínez Suárez, junto con el Informe 1941-2019 en el cual se reconoce que 14 de los 33 sacerdotes de esa agrupación religiosa que abusaron siendo sacerdotes lo hicieron mientras eran superiores.

Ello “nos tiene que interpelar profundamente. Más allá de los abusos, ¿cuáles son las huellas que estos hombres dejaron en su entorno formativo y religioso?”, aseveró.

“Quien más, quien menos, pero todos hemos sido parte de este “sistema Legión” plasmado por (Marcial) Maciel. Reconocerlo, aceptarlo, integrarlo, y purificarlo en un entorno de auténtica fraternidad debería ser la primera tarea de las reuniones capitulares que nos esperan”, instó.

Según Alberto Carrara, un “sistema” que funciona bien es el que logra tener en sí mismo la capacidad de diagnosticar y reconocer sus propios errores.

“¿La Legión de hoy es un sistema que funciona bien? ¿Cuáles son nuestras 'lecturas defensivas' que nos impiden todavía tener personalmente e institucionalmente una sana auto-critica correctiva?", lanzó.

Resaltó que el ejemplo de lo que ha pasado en nuestro centro de Salamanca resulta emblemático: en primer lugar, la falta de distinción entre foro interno y externo; la vida de muchos jóvenes que fue negativamente marcada por los años vividos allí; la presencia de un predador sexual como administrador y confesor.

De acuerdo con el religioso, la confianza no se impone, se suscita con actos auténticos, como fruto de una renovación en nuestra mentalidad personal y colectiva.

“Quizás deberíamos seguir sanando las raíces para poder después ocuparnos de todo lo demás: formación de los nuestros, vocaciones, apostolados propios, economía, etcétera. Estas raíces son las que se fracturaron en 2009-2010 y han causado la fuerte crisis de confianza en la autoridad en la que nos encontramos todavía en la Legión”, puntualizó.