Después de que hace un año los eventos por la independencia de Estados Unidos fueron reducidos por la pandemia de Covid-19, el Gobierno de Joe Biden festejó ayer a lo grande en todo el país, como parte de una señal que el Presidente quiso dar de normalidad.
Biden buscó que los estadounidenses celebraran, luego de 16 meses de aislamiento por el SARS-CoV-2 y más de 605 mil muertes por la enfermedad.
La Casa Blanca alentó reuniones y eventos para marcar lo que llaman la "independencia del virus".
El Mandatario albergó anoche el evento más grande hasta ahora de su Presidencia en el Jardín Sur de la Casa Blanca, con la tradicional exhibición de fuegos artificiales que se replica en todo el país.
Entre los logros que Biden destacó frente al virus están que los casos y las muertes por Covid-19 están en mínimos históricos o cerca de ellos, que los negocios están abiertos, que el empleo va al alza y que los viajes se dirigen a niveles prepandémicos.
No obstante, el Gobierno federal no alcanzó el objetivo de que siete de cada 10 adultos estuvieran inoculados al menos con una dosis antes del Día de la Independencia.
Quienes se opusieron al evento de la Casa Blanca expresaron su preocupación de que las fiestas envíen un mensaje equivocado, cuando solo el 46 por ciento de los estadounidenses está completamente inoculado y en momentos en que circula la variante "Delta", altamente contagiosa.
En Nevada, el número de pacientes hospitalizados con el virus aumentó 33 por ciento en la última semana.