Una vida que inspira: ‘Nunca debes rendirte’

El político revela su secreto para enfrentar la adversidad y estar hoy a un paso de encabezar el futuro del Estado


”Sentí que mi beca se perdía, pero el tercer marranito fue mi salvación. Durante un buen tiempo dediqué los fines de semana a vender carnitas entre vecinos y parientes para ir al Mante a estudiar”., César Verástegui Ostos..

Para César Verástegui Ostos la vida no ha sido exenta de sinsabores, retos que enfrentar, momentos dolorosos y como a muchos de nosotros, la inseguridad tocó su vida. En entrevista, el hoy candidato a la gubernatura por una alianza partidista que hasta hace unas pocas semanas era impensable y hoy es una realidad, nos revela su historia y como ha construido su destino.

De personalidad recia pero a la vez sencilla, “El Truko” como miles de tamaulipecos lo conocen y se dirigen a él con cariño, nos revela páginas de su vida al acceder a una entrevista para esta reportera al término de unas mesas de trabajo que sostuvo en este puerto fronterizo, pero también, nos revela su secreto para enfrentar la adversidad y estar hoy, a un paso de encabezar el futuro del Estado.

ORIGEN NO ES DESTINO

No hay dicho que esté mal dicho, es decir, nuestros primeros años no tienen porque marcarnos ni dictar lo que seremos en la vida. “Donde a mí me tocó crecer tendría, cuando mucho, un par de opciones: trabajar la caña o emigrar a Estados Unidos”.

En este sentido, César Verástegui nos señaló que él tomó una tercera ruta y perseguir sus sueños, y en su hoja de vida se registra su paso como comerciante, agricultor, líder social y político, “vendí naranjas, también ayudé a construir casas y muchas cosas más, pero nunca dudé que el trabajo con el corazón te abrirá puertas”.

LOS TRES COCHINITOS

“Eran los años ochenta; el país atravesaba una de sus peores crisis y en mi casa la situación era especialmente difícil. Un día, mi papá se sentó frente a mí y me dijo: Te voy a regalar tres puerquitos, para que los engordes y puedas pagar tus estudios. Esa será tu beca”.

“Abracé ese proyecto con todas las fuerzas que pude tener a esa edad. Alimenté y bañé a mis cerditos y los llevé a desparasitar, ¿pero qué creen? a los pocos días que se me muere el primero y más adelante se me muere el segundo y no lloré nada más porque me daba bastante vergüenza. Sentí que mi beca se perdía, pero el tercer marranito fue mi salvación. Durante un buen tiempo dediqué los fines de semana a vender carnitas entre vecinos y parientes para ir al Mante a estudiar”.

EL MILAGRO DE SU HIJA

“Marthita, la primera de nuestros hijos, nació en el hospital del Seguro Social, igual que los otros dos. Pero cuando ella nació tuvo serias complicaciones. Los médicos fueron muy claros; dijeron que tenía muy pocas probabilidades de sobrevivir. Me ayudaron a conseguir una ambulancia para llevarla a Tampico mientras Meche (su esposa) se quedaba internada. 

Agrega: “Quien lo ha vivido lo sabe: fueron los días más difíciles de toda mi vida; aferrado día y noche a una banca de hospital, rezando por una buena noticia. Mi hija estaba delicada, pero los médicos y enfermeras me la pudieron salvar. No hay día en que no dé gracias a Dios por esa bendición y a sus ángeles en la tierra que la atendieron”.

Señala que le ha tocado escuchar a personas hacer comentarios negativos sobre el personal médico o de enfermería: “lo que yo viví en carne propia, en cambio, me confirma que son gente muy profesional, responsable y dedicada. Especialmente en estos últimos años… los de la pandemia… los he visto entregarse y salvar vidas aun arriesgando la suya.

LA INSEGURIDAD TOCA A LA FAMILIA

El entrevistado no esconde su lado humano y de sus ojos brotan los sentimientos cuando recuerda la tragedia familiar al perder a uno de sus hermanos a manos del crimen organizado.

Este es el momento justo para preguntarle sobre su supuesta relación con grupos delincuenciales, tajante responde: “Nunca he tenido relación con el crimen organizado, en primer lugar porque no me interesa, en segundo lugar por lo que me tocó vivir junto a mi familia, el secuestro de dos de mis hermanos, uno logró salvarse y a otro no lo volvimos a ver con vida”.

César Verástegui muestra ser de carne y hueso, contiene las lágrimas pero sus ojos se cristalizan al recordar la historia… “Nosotros lamentablemente el 9 de enero de 2012 cuando fui alcalde por segunda vez, dos de mis hermanos fueron secuestrados y a los 39 días me entregan a Vicente y nos siguieron acosando para que les cumpliéramos todas sus exigencias, un día antes de Semana Santa se pierde la comunicación con secuestradores y ya no supimos nada”.

La delincuencia destruye todo, señala: “en ese tiempo no hubo con quién quejarme, no había un procurador, un secretario de Seguridad Pública, nunca recibí una llamada, fueron muchos días, las cosas estaban muy difíciles”.

Este capítulo en su vida lo marcó, es algo que lleva y que lo ha inspirado en su actuar profesional, por lo que fue un protagonista en muchos de los programas de combate a la delincuencia del Gobierno de Tamaulipas, que lo ubican entre los primeros lugares a nivel nacional en avance positivo en esta materia.


MI TRUCO… NUNCA RENDIRME

Su paso en la vida pública no ha sido para nada fácil, incluso la primera vez que incursionó buscando la alcaldía de su tierra perdió, aunque después la ganó en dos ocasiones, también fue diputado federal, presidente estatal del Partido Acción Nacional, Secretario General de Gobierno y cuando joven líder social y estudiantil.

Al cuestionarle como logró todas estas posiciones en un momento en el que un partido hegemónico controlaba los destinos del país y del estado, César Verástegui nos revela su secreto: “No hay una fórmula ni una clave que funcione, pero te puedo decir que siempre hagas lo que tu corazón te dice, que siempre le seas leal a tus amigos y sobretodo nunca te rindas”.