Desfile militar en Washington

El presidente Donald Trump, en su 79 cumpleaños, se sentó en una tribuna especial al sur de la Casa Blanca para observar la demostración del poderío estadounidense

WASHINGTON, D.C.- El gran desfile militar que el presidente Donald Trump había deseado durante años, recorrió la avenida Constitución el sábado con tanques, tropas y una salva de 21 cañonazos, en contraste con las protestas en todo el país por quienes califican al mandatario estadounidense como un dictador y “aspirante a rey”.

El presidente republicano, en su 79 cumpleaños, se sentó en una tribuna especial al sur de la Casa Blanca para observar la demostración del poderío militar estadounidense, que comenzó temprano y avanzó rápidamente mientras caía una lluvia ligera y nubes oscuras cubrían el Monumento a Washington. La procesión, con más de 6,000 soldados y 128 tanques del Ejército, fue algo que Trump intentó realizar en su primer mandato después de ver un evento similar en París en 2017, pero los planes nunca se concretaron hasta este año, cuando se agregó a un evento que reconoce el 250 aniversario del Ejército.

En las alturas, el equipo de paracaidistas Golden Knights del Ejército apareció en el cielo nublado, descendiendo hacia la tribuna de revisión. El salto del equipo se había programado al final del desfile, pero los militares descendieron sobre el National Mall mucho antes de lo planeado, en medio de una lluvia ligera.


Aproximadamente 6 de cada 10 estadounidenses dicen que el desfile del sábado “no es un buen uso” del dinero del gobierno. La gran mayoría de personas, el 78%, dijo que ni aprueban ni desaprueban el desfile en general, según una encuesta del Centro NORC para la Investigación de Asuntos Públicos y The Associated Press.

Larry Stallard, un piloto retirado de American Airlines, viajó a Washington desde Kansas City para el fin de semana “para ver al ejército y ver a Trump”.

Stallard, quien votó por el republicano, dijo que era “difícil de creer” que la gente esté molesta por el costo del evento cuando “gastan eso en 10 segundos en cosas que ni siquiera necesitamos”.

La exhibición de un día del Ejército de Estados Unidos se produce mientras Trump ha mostrado su disposición a usar el poderío militar de la nación de maneras que otros presidentes han evitado. En la última semana, activó a la Guardia Nacional de California sin el permiso del gobernador y envió a infantes de Marina a proporcionar seguridad durante las protestas en Los Ángeles vinculadas con las redadas migratorias, lo que provocó una demanda estatal para detener los despliegues.

De manera similar buscó proyectar fuerza militar en su primer mandato presidencial, diciendo en 2020 que quería que las fuerzas “dominaran” las calles tras las protestas contra la injusticia racial que se tornaron violentas, y advirtiendo a los gobernadores que estaba dispuesto a enviar soldados en servicio activo si no llamaban a la Guardia Nacional en sus estados.

A principios de esta semana, Trump sorprendió a muchas personas durante un discurso en Fort Bragg cuando miembros de la 82da División Aerotransportada, a quienes se les ordenó pararse detrás del mandatario, abuchearon y vitorearon durante sus incendiarios comentarios, que incluyeron críticas a su predecesor, Joe Biden. También había un puesto de mercancía “Make America Great Again” (“Hagamos grande a Estados Unidos otra vez”) vendiendo recuerdos a los soldados uniformados.

El Departamento de Defensa tiene una doctrina que prohíbe que los soldados participen en actividades políticas mientras portan su uniforme. Miembros del Congreso y líderes militares han expresado preocupaciones sobre las exhibiciones políticas durante el discurso en Fort Bragg.