La capacidad de la Armada de Estados Unidos para construir buques de guerra de menor costo, capaces de derribar misiles lanzados por los rebeldes hutíes en el Mar Rojo, depende, en parte, de un trabajador de 25 años que anteriormente fabricaba piezas para camiones de basura.
Lucas Andreini, soldador de Fincantieri Marinette Marine, en Marinette, Wisconsin, se encuentra entre los miles de trabajadores jóvenes que han recibido capacitación patrocinada por el empleador en todo el país, al tiempo que los astilleros batallan para contratar y retener a los empleados.
La escasez de mano de obra es uno de los innumerables desafíos que han provocado retrasos en la producción y el mantenimiento de buques en un momento en que la Armada enfrenta amenazas globales en expansión. Combinado con prioridades cambiantes de defensa, cambios de diseño de último momento y sobrecostos, ha colocado a Estados Unidos detrás de China en el número de barcos a su disposición —y la brecha se está ampliando-.
La construcción naval de la Armada de Estados Unidos se encuentra actualmente en un "estado terrible" —el peor en un cuarto de siglo-, subrayó Eric Labs, un experimentado analista naval de la Oficina de Presupuesto del Congreso.
"Me siento alarmado", dijo Labs. "No veo una manera rápida y fácil de salir de este problema. Nos ha llevado mucho tiempo abordarlo".
Marinette Marine tiene un contrato para construir seis fragatas de misiles guiados —los más recientes buques de guerra de superficie de la Armada estadounidense—, con opciones para construir cuatro más, pero sólo cuenta con los trabajadores suficientes para producir una fragata al año, según Labs.
UN PROBLEMA QUE LLEVA DÉCADAS— Gran parte de la culpa de los problemas actuales en la construcción naval estadounidense recae en la Armada, que frecuentemente cambia los requisitos: solicita mejoras y modifica los diseños, pese a que los constructores navales ya han comenzado la construcción.
— Esto es evidente en sobrecostos, desafíos tecnológicos y retrasos
en el portaaviones más nuevo de la Armada, el USS Ford, el refuerzo de un sistema de armas para un programa de destructores furtivos después que sus proyectiles asistidos por cohetes se volvieran demasiado costosos, y el retiro anticipado de algunos buques de combate litorales con blindaje ligero de la Armada, que eran propensos a averiarse.
VETERANOS SE JUBILAN ¿A DÓNDE SE HAN IDO LOS TRABAJADORES?Uno de los principales problemas de la industria es la lucha por contratar y retener trabajadores para la desafiante tarea de construir nuevos barcos, a medida que los veteranos se jubilan, llevándose consigo décadas de experiencia.
Los astilleros de todo el país han creado academias de capacitación y se han asociado con escuelas técnicas para brindar a los trabajadores las habilidades que necesitan para construir buques de guerra de alta tecnología. Los constructores de submarinos y la Armada formaron una alianza para promover las carreras manufactureras, y los astilleros ofrecen prestaciones para retener a los trabajadores una vez que son contratados. Andreini se capacitó para su trabajo en Marinette a través de un programa en el Northeast Wisconsin Technical College. Antes de eso, pasó varios años como soldador en línea de producción fabricando componentes para camiones de basura. Indicó que algunos de sus amigos se ven frenados por el estigma de que la construcción naval es un "ambiente de trabajo desagradable e inseguro".