SEATTLE, Washington.- Activistas por los derechos de los inmigrantes se reúnen puntualmente frente al del Aeropuerto Internacional del Condado King en Seattle para presenciar vuelos de deportación y difundir información sobre a dónde se dirigen y cuántas personas van a bordo. Hasta hace poco, podían dar seguimiento a los vuelos utilizando sitios web de acceso público.
Sin embargo, los activistas y otros dicen que ahora las aerolíneas están utilizando nombres operativos falsos para los vuelos de deportación y están bloqueando los números de cola de los aviones en los sitios web de seguimiento, incluso en un momento en que el número de vuelos de deportación alcanza niveles récord en el gobierno del presidente Donald Trump. Los cambios los obligaron a encontrar otras formas de dar seguimiento a los vuelos, incluido el compartir información con otros grupos y usar datos de un intercambio de código abierto que rastrea transmisiones de aeronaves.
Su trabajo ayuda a las personas a localizar a sus seres queridos que son deportados, en ausencia de información del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), que rara vez divulga vuelos. Las organizaciones de noticias han utilizado dicho seguimiento de vuelos en sus reportajes.
Tom Cartwright, un ex funcionario financiero de J.P. Morgan convertido en activista migratorio, rastreó 1.214 vuelos relacionados con deportaciones en julio, el nivel más alto desde que comenzó a dar un seguimiento en enero de 2020. Aproximadamente el 80% son operados por tres aerolíneas: GlobalX, Eastern Air Express y Avelo Airlines. Transportan a inmigrantes a otros aeropuertos para ser transferidos a vuelos internacionales o los llevan a través de la frontera, principalmente a países de América Central y México.
Cartwright rastreó 5.962 vuelos desde que comenzó el segundo mandato de Trump hasta julio, un aumento de 1.721 (el 41%) en comparación con el mismo período en 2024. Esas cifras incluyen información de los principales aeropuertos de deportación, pero no de algunos más pequeños, como el Aeropuerto Internacional del Condado King, también conocido como Boeing Field. Las cifras de Cartwright incluyen 68 vuelos de deportación militar desde enero, de los cuales 18 ocurrieron tan sólo en julio. La mayoría han ido a la Bahía de Guantánamo, Cuba.
El trabajo se volvió tan exigente que Cartwright, de 71 años, y su grupo, Witness at the Border, le transfirieron su trabajo este mes a la organización activista Human Rights First, que tituló su proyecto “ICE Flight Monitor” (“Monitoreo de vuelos del ICE”).
“Su trabajo aporta una transparencia esencial a las acciones del gobierno de Estados Unidos que impactan miles de vidas, y es un poderoso ejemplo de rendición de cuentas exigida por los ciudadanos en defensa de los derechos humanos y la democracia”, declaró Uzrz Zeya, director ejecutivo de Human Rights First.
Las aerolíneas no respondieron a diversas solicitudes de comentarios por correo electrónico. El ICE forma parte del Departamento de Seguridad Nacional, que no confirmó ninguna medida de seguridad que haya tomado.
La Resistencia, un grupo sin fines de lucro que defiende el derecho a inmigrar en el área de Seattle, ha monitoreado 59 vuelos en Boeing Field y cinco en el aeropuerto de Yakima en 2025, superando su total de 2024, el cual era de 42.
ENCADENADOS DE LOS TOBILLOSLos detenidos deben avanzar por la escalera del avión con los tobillos encadenados. Sus muñecas también están encadenadas, y esas esposas están conectadas a una cadena alrededor de su cintura, por lo que no pueden levantar los brazos, sostenerse del pasamanos ni dar pasos grandes, dijo el activista Stan Shikuma a la AP.
El video se puede ver en vivo en una pantalla gigante en un edificio cercano, donde los activistas pueden ver a las personas al ser bajadas de los autobuses del centro de detención ICE Northwest. También se transmite en vivo en el sitio web del condado.