La crisis comenzó cuando tuvieron que mudarse de casa. Su hijo mayor era el único que trabajaba y ese dinero no alcanzaba para todos los gastos de la familia. Ella, una mexicana de 53 años que lleva 25 en Estados Unidos, intentó conseguir empleo formal, pero, sin papeles, las opciones eran pocas. El contexto tampoco la ayudaba: cada vez es más difícil para los inmigrantes encontrar trabajo estable y el miedo al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) flota sobre el país como la neblina. Ella, además, tiene dos hijos con autismo que requieren terapias permanentes.
¿Cómo comenzó la crisis económica de la familia inmigrante?Entonces, con ayuda de su hermana y de los miembros de su iglesia en Dallas, Texas, empezó a hacer tamales. Los verdes de pollo y los rojos de puerco. "Se venden rápido", explica. "Aquí la gente tiene mucha nostalgia de los tamales. Les gustan mucho a los mexicanos, pero también a casi todos los latinos, incluso a los gringos".
El proceso no es fácil. Hay que pasarse al menos un día entero comprando ingredientes: masa, tomates, jitomates, carne de res, carne de puerco. "Tienes que escogerla bien, a buenos precios pero de muy buena calidad, porque no te puedes arriesgar a que alguien se enferme por tu comida. Sobre todo porque no tienes permiso, es algo casero", señala la mujer, que prefiere no ser identificada por miedo a acabar detenida y deportada.
Luego hay que hacer las salsas, cocer la carne durante cinco horas, preparar el chile, molerlo, colarlo, amasar, rellenar cada tamal, envolverlo con cuidado, acomodarlos en vaporeras grandes. El trabajo empieza desde las tres de la mañana y termina por la noche. Toda la familia participa: la hermana, el padrino, los sobrinos. "Es muy laborioso. Terminas muerto", afirma la migrante.
Detalles sobre la venta de tamales en la comunidadLa iglesia les dio permiso para poner una mesa en el espacio entre la salida y el estacionamiento. Ahí, cada domingo después de misa, la familia vende las docenas a 20 dólares. "Los tamales de Dios", pregonan los niños. En las dos ventas más grandes que han tenido hasta ahora hicieron 1.200 tamales un día y 900 al siguiente.
Con los tamales la madre ha podido pagar la renta y también las terapias de sus niños, de 12 y 23 años, con autismo. También, eventualmente, usará ese mismo dinero para solicitar la residencia legal a través de sus hijos, que nacieron en Estados Unidos y son ciudadanos.
Impacto de la política migratoria en el empleo de inmigrantesDe acuerdo con un estudio del Pew Research Center, casi 10 millones de indocumentados formaban parte de la fuerza laboral de Estados Unidos en 2023. Datos preliminares del mismo informe apuntan a un crecimiento continuo de esa cifra en 2024. Sin embargo, reportan una disminución en 2025.
La política de deportaciones masivas de Donald Trump ha provocado, por una parte, que muchos empleadores eviten contratar a personas sin documentos, y, por otra, que los propios migrantes teman cada vez más salir a buscar empleo. Para millones de personas sin papeles, conseguir trabajo formal se ha vuelto prácticamente imposible.