Y es que, como se anunció el miércoles, la mezzosoprano Rosa Muñoz entonará piezas de Giacomo Puccini, Ottorino Respighi y Giuseppe Verdi detrás de un escudo acrílico durante el concierto Il tramonto de la Compañía Nacional de Ópera (CNO).
"Es un semicírculo, una semiluna hecha a base de módulos acrílicos que, por una parte, tiene justamente el propósito de crear una protección que esté frente a ella y en las direcciones en que puede proyectar la voz, y al mismo tiempo permitirle tomar aire correctamente", detalló este jueves en entrevista Alonso Escalante, director de la CNO.
De esta forma, la solista invitada podrá cantar sin tener que usar cubrebocas, a diferencia de los músicos e Iván López Reynoso, titular de la Orquesta del Teatro de Bellas Artes, quienes deberán portarlo todo el tiempo dentro del recinto, tal como dicta el protocolo sanitario.
Si bien la orquesta ha experimentado estas medidas durante la grabación de obras audiovisuales difundidas en línea, la protección de acrílico es algo nuevo para Muñoz. Sin embargo, su experiencia ha sido positiva durante los ensayos.
"Hoy justamente hemos ensayado con ella de esa forma, y las buenas noticias es que se siente cómoda cantando de esa manera. Tiene un espacio que le permite sentirse cómoda, moverse un poco, tener inclusive su atril con la partitura", destacó Escalante.
"Y al mismo tiempo, lo que oímos respecto del balance de la voz y la orquesta también es correcto. Tenemos que lograr esas dos cosas: que haya un cuidado sanitario, una seguridad y confianza de todos en esos términos, pero al mismo tiempo lograr el mejor resultado artístico".
De acuerdo con el director de la CNO, estas medidas son producto de discusiones al interior del INBA, así como del intercambio de impresiones y experiencias con teatros de otras partes del mundo.
Cuestionado sobre cómo se perfilan los siguientes espectáculos bajo este formato que no puede desprenderse de las medidas de control sanitario, Escalante respondió que todas las óperas contempladas para el resto del año son de pequeño formato, o concierto, algunas de ellas claramente camerísticas.
"Todas ellas nos permiten recurrir a esas dotaciones mínimas que la partitura permite para la orquesta y para el coro, a fin de tener también un número (de intérpretes) en estos conciertos mucho más acotado que de costumbre", explicó, haciendo énfasis en que será un coro de 16 personas y que habrá pocos solistas.
"Podemos sacrificarnos al poder tener música, poder tener ópera, tener teatro y tener este espectáculo de la forma en que hoy día se puede hacer, y que a mí me parece que hacerlo es ya una ganancia después de más de un año y medio de abstinencia de ópera".