Cada vez que se avecinan lluvias, los migrantes que viven en la Plaza de la República se preocupan en alto grado pues cuando llegan las precipitaciones, ven con tristeza y desesperación como muchos tienen que dormir prácticamente sobre el lodo y el agua.
“Hemos sufrido muchas penurias y enfrentado una serie de adversidades, pero seguimos aquí, firmes y con la confianza en con el apoyo de Dios finalmente lograremos nuestro propósito que es el de llegar a Estados Unidos, con la anuencia de sus gobernantes”, dijo Karina García, de origen hondureña.
Afortunadamente, las lluvias han pasado y no han mermado el ánimo de los centroamericanos que día con día luchan por sobrevivir en medio de condiciones infrahumanas.
La gente, más mujeres que hombres así como una buena cantidad de niños y niñas, entienden la difícil y crítica situación que enfrentan, pero aún así, su deseo de alcanzar el llamado sueño americano, no disminuye.
Aquí seguimos todos amontonaditos pero con la esperanza de llegar a la meta que nos hemos fijado, señaló por su parte Karina García.
La gran mayoría de las mujeres que están asentadas en la referida área verde, son mujeres solteras que luchan por darles una mejor vida a sus hijos y nietos que les acompañan en esa aventura.