PARÍS, Francia.
Millones de mujeres cargan millones de kilos a lo largo de millones de kilómetros. Desde hace siglos, día tras día, cumplen esa labor titánica y esencial, jamás reconocida como tal y por lo tanto invisible.
En medio del verano parisino canicular, sin embargo, el Museo del Homme de esta ciudad les rinde el homenaje que merecen con la exposición Les Femmes Portent le Monde, un conjunto de 50 retratos de mujeres que “nadie ve, de las que nadie habla y que no le importa a nadie…”, realizados en Bután, India, Kenia, Mongolia, Namibia, Ruanda y Tanzanía por Lekha Singh, fotógrafa, cineasta y productora estadunidense nacida en la India.
- Kenia 2004.
Lekha Singh evoca mujeres de la India levantadas al alba para ir a trabajar en hornos de ladrillos que transportan su producción sobre la cabeza hasta bodegas. Menciona las miles de mujeres marroquíes, muchas de avanzada edad, recorriendo llanos y dunas bajo un sol aplastante soportando en sus espaldas bultos de mercancías de varias decenas de kilos entre sus casas y el enclave español de Melilla. Habla de las africanas que atraviesan zonas áridas llevando pesados fardos de leña, gruesas ramas de árboles e inclusive arbustos.
- Kenia 2006
“En total, las mujeres del planeta transportan anualmente un mínimo de 900,000,000 de metros cúbicos de madera”, recuerda citando datos de la ONU.
Pero más que los comentarios de la artista, son sus impecables fotos a color las que devuelven existencia, identidad y dignidad a cada una de las retratadas, y a través de ellas a las millones de mujeres “invisibles”.
- India 2005
La inextinguible energía vital que emana de las 50 protagonistas de la muestra hace vibrar el Atrium Paul Rivet, espacio de 400 metros cuadrados dedicado a las exposiciones temporales del museo.
India 2005
Tan fuerte es la presencia de estas mujeres adolescentes, ancianas, de horizontes distintos, caminando por senderos estrechos, a la orilla de carreteras polvorientas y ríos lodosos, subiendo montes y bajando colinas, atravesando paisajes desérticos, llegando y saliendo de mercados, fábricas, campos, ciudades, pueblos, aldeas, cargando en la cabeza, en los hombros, en la espalda, en los brazos, niños, agua, leña, piedras, ladrillos, racimos de plátanos, enormes, bolsos de limones, cebollas, yucas, jitomates, cajas, baúles, canastos, ollas de barro…
Tan impresionante es su determinación, tan inagotable parece ser su resistencia, que los visitantes recorren la sala a pasos lentos, en silencio, absortos, meditabundos.
Ruanda 2004
Fotografiadas con sumo respeto y honda empatía, pero sin concesiones estetizantes ni sentimentalismo impropio por Lekha Singh, todas esas mujeres, cualquiera que sea su edad, son de una belleza singular, a menudo luminosa, a veces austera, en ciertos casos trágica o hermética, y siempre de una autenticidad abrumadora.
Muy pocas se fijan en la cámara. Están en lo suyo, pero es obvio que la fotógrafa sabe acercarse a ellas con tacto y sencillez. De vez en cuando se asoma una complicidad sigilosa entre la artista y sus “efímeros modelos”. Pero en ningún momento desaparece lo esencial: el peso descomunal del mundo que van cargando.
Rajasthan 2010
Destaca una extraña foto totalmente negra en medio de los colores vivos de los saris o de los largos vestidos de las africanas y de sus paños artísticamente atados en la cabeza.
En un cartelito firmado por Lekha Singh se lee:“Esa fotografía monocromática rinde homenaje a todas las mujeres cuya labor agotadora rompe espalda y nuca. A las mujeres cuyos cuerpos se doblegan cada día más bajo cargas inconmensurables. A las mujeres olvidadas, menospreciadas, tan a menudo explotadas, cuya labor nunca fue ni será plasmada en fotografías.”
Tanganyka 2004