Los supercontaminadores que más contribuyen al cambio climático

Un estudio calcula que un 1% de la población mundial es responsable de más de la mitad de las emisiones de la aviación de pasajeros

Aparte de la crisis ambiental, el cambio climático pone delante de la humanidad sus escandalosas desigualdades. Un nuevo estudio publicado en la revista Global Environmental Change estima que un 1% de la población del mundo es responsable de más de la mitad de las emisiones de la aviación de pasajeros que causan el calentamiento del planeta. Como muestra el investigador Stefan Gössling, profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad Linneo (Suecia) y autor principal de este trabajo, mientras buena parte de la humanidad nunca se ha subido a un avión, existe una pequeña proporción de supercontaminadores que no paran de viajar en vuelos comerciales o incluso tienen sus propios jets privados.

Para poner cara a estos grandes emisores, Gössling ha llegado a calcular las distancias recorridas en avión por algunos famosos como Hillary Clinton (1,5 millones de kilómetros, el equivalente a 38 vueltas a la Tierra, en los cuatro años que fue secretaria de Estado de EE UU), Bill Gates (343.446 km, en 2017) o Paris Hilton (275.755 km, en 2017). Sin embargo, esta no es solo una cuestión de celebridades ni se limita únicamente a los vuelos.

En realidad, este enorme desequilibrio en la forma de contaminar está ligado al uso que se hace de la energía y al nivel de rentas. En un estudio de 2015, los economistas franceses Thomas Piketty y Lucas Chancel ya pusieron en evidencia las enormes diferencias de los habitantes del planeta con las emisiones que causan el cambio climático en general. Si bien se estima que, de media, un africano emite apenas dos toneladas de CO2 al año, un europeo cerca de ocho y un estadounidense 20, este trabajo incidía en que hay una parte de la población repartida por los diferentes continentes que supera con creces estas cantidades. En concreto, Piketty y Chancel llamaron la atención sobre el 1% de las personas más ricas de EE UU, Luxemburgo, Singapur, Arabia Saudí y Canadá, que rebasan las 200 toneladas de CO2 por persona y año. En el caso de EE UU, los economistas estimaron que ese 1% corresponde a 3,16 millones de individuos que emiten cada uno más de 318 toneladas de CO2 anuales: 2.500 veces más que los que menos emiten de Honduras, Mozambique o Ruanda.


Una de las aportaciones más interesantes de este estudio es que identifica qué categorías de consumo son las que generan más emisiones entre los europeos (comida, casa, ropa, viajes...). Así, se pone de manifiesto que una de las principales diferencias de los mayores contaminadores con el resto está en su mucha mayor huella relacionada con los coches y los aviones. “Estos son algunos de los productos que parecen ser altamente elásticos, el gasto en estas categorías aumenta drásticamente a medida que la gente se enriquece”, comenta Ivanova. La investigadora considera necesario actuar sobre el transporte aéreo y el terrestre, pero también advierte de los efectos que esto puede tener en el caso de los coches para otra parte de la población: “Los viajes en automóvil requieren mucha atención, ya que también hay hogares de bajos ingresos con una alta proporción de uso. Este ocurre particularmente cuando existe una fuerte dependencia del automóvil relacionada con la vida rural, la discapacidad, la falta de alternativas de transporte…”, subraya.

En el caso particular de España, Ivanova explica que el estudio considera que un 3% de los hogares de este país está dentro del 10% de los europeos que más emiten, con una huella de carbono mínima de 15 toneladas de CO2 por persona y año. Asimismo, según la investigadora, el conjunto de los hogares españoles es responsable del 7,7% de las emisiones de la UE que causan el cambio climático.