‘Surveys’: el retrato fotográfico y crítico de cómo ha cambiado el paisaje urbano

Una exposición muestra, a través de reportajes encargados por administraciones y empresas, las transformaciones desde los años ochenta de las ciudades españolas

La imagen de unas viviendas humildes, casas bajas, con unos rascacielos de fondo, que parecen Saturnos a punto de devorarlas, es habitual para contar gráficamente el cambio del paisaje de muchas ciudades en España. Sin embargo, esa estampa sería solo como rascar en la superficie de la gigantesca transformación acaecida en urbes de distinto tamaño desde los años ochenta del pasado siglo, al calor de fastos como los Juegos Olímpicos de Barcelona, la Exposición Universal de Sevilla, capitalidades culturales... En ello ahonda la exposición En España. Fotografía, encargos, territorios, 1983-2009, que puede verse en el Museo ICO, en Madrid, hasta el 12 de septiembre, dentro de la programación de PHotoEspaña.

El recorrido muestra 11 de esos casos (29 en el catálogo), llamados surveys, con imágenes de unos 70 fotógrafos, a los que diversas entidades, públicas y privadas, hicieron estos encargos, “con libertad, pero con un sentido crítico”, explicó en la presentación, el 2 de junio, el fotógrafo Jorge Ribalta, uno de los tres comisarios de la muestra junto a Cristina Zelich y Ramón Esparza. Entre los nombres que participaron en esos trabajos, autores internacionales como Gabriele Basilico, Graciela Iturbide, Sebastião Salgado, Humberto Rivas, y españoles como Bleda y Rosa, Carlos Cánovas, Gabriel Cualladó, Joan Fontcuberta, Cristina García Rodero o Xurxo Lobato.

El afán por documentar “se sitúa en el contexto europeo”, añadió Ribalta. De hecho, el ICO ya dedicó una exposición en 2019 a los cambios acaecidos en otros países entre 1984 y 2019. En el caso español hay tres periodos: “Cuando se recompone la cultura con la Transición, llegan los festivales fotográficos y nacen organismos culturales con las comunidades autónomas, en los ochenta. Luego está el fin de la era industrial y los acontecimientos de 1992 y, a partir de los dos mil, el cambio económico urbano centrado en la cultura y el patrimonio”. Las fotografías llegan hasta 2009 no por capricho. “A partir de entonces, con la gran crisis, no hay dinero para encargos, que prácticamente no se han retomado. La exposición es también una llamada de atención para que vuelvan”, explicó.

Al comienzo de este paseo por “tal como éramos” se muestra el primer survey realizado en España, el de Granollers, en 1983. “Fue un proyecto que propusieron varios fotógrafos, encabezados por Joan Fontcuberta”, apunta Zelich. En él pueden verse los edificios en abandono y oscuros de Humberto Rivas. En el caso de L’Albufera. Visió tangencial, que así se titula, de 1985, “fue la propia Generalitat la que lo encargó para su archivo”, agrega la comisaria.

Si hay unas imágenes que ilustran los cambios radicales en una ciudad son las de Barcelona: una geografía virtual, de 1990, cuando el Colegio Oficial de Arquitectos de Cataluña quiso que se registrara el gigantesco lavado de cara “de una ciudad que había vivido de espaldas al mar por el uso industrial de este”, subraya Esparza. Ahí están las montañas de tierra que tomó Manolo Laguillo; la olvidada periferia, kitsch e industrial, fue el objetivo de John Davies.

En Sevilla, mientras la mascota Curro, aquel pájaro con patas de elefante, movía su cresta multicolor, “se transformaba la ciudad, sobre todo la isla de la Cartuja, sede de la Expo de 1992”, indica Esparza. La serie que se expone es un canto “a lo que se estaba perdiendo” en aras de una idea de modernidad. “Es una época de nuevos barrios en muchas ciudades, de una expansión a saltos según crece o se encoge la economía”. Para el trabajo sobre la capital andaluza, esta se dividió en 15 cuadrículas y se asignó una a cada fotógrafo. El que colegios de arquitectos estuviesen detrás de algunos de estos encargos se debía a que “se querían plantear modelos de ciudad alternativos al oficial”.

El del Bilbao previo al Guggenheim es un caso paradójico. “El acero había colapsado, la ciudad estaba en un punto muy bajo, pero se la quiso promocionar precisamente en ese momento”, según Esparza. Fue una iniciativa de un grupo de empresas, de la que se exhiben fotos de las grúas de Carlos Cánovas o una bellísima de Gabriele Basilico de la Dársena de Udondo, que parece un paisaje apocalíptico.

El survey de Salamanca fue con motivo de la capitalidad europea de la cultura de 2002, con la construcción de edificios y urbanizaciones, retratadas por Xavier Ribas en medio de secarrales; mientras que en el de Canarias, patrocinado por el Gobierno insular, se escogió a siete fotógrafos, uno por isla, para intentar dar una imagen del archipiélago alejada del sol y las playas, y “asociar este territorio al arte contemporáneo”, aseguran los comisarios.

El proyecto más grande sucedió en la capital catalana y fue planeado por el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (Macba). El motivo fue, en 2004, el Fórum Universal de las Culturas. Se escogió a 15 fotógrafos y una panoplia de motivos, desde la cadena de montaje de Seat, en Martorell, las viejas y nuevas estructuras del gas, las viviendas adosadas, pero también se retrató a personas, anónimas y protagonistas de la sociedad catalana, como el entonces presidente de la Generalitat, José Montilla.

Finalmente, se sobrevuela el llamado Distrito C, de Madrid, luego Distrito Telefónica, el espacio elegido por esta compañía al norte de la capital para albergar edificios de oficinas y servicios. Los fotógrafos, contratados por la propia empresa, visitaron las obras y dejaron constancia de los preparativos de lo que iba a nacer con su maremágnum de plásticos, tubos y cables.


‘Can Trullàs’, Granollers, 1983.