Supermalos: cuando los superhéroes se tuercen

Del Superman curda de ‘Superman’ III al Homelander genocida de ‘The Boys’ va un solo paso. Investigamos cómo, cuándo y por qué los superhéroes cruzan la línea

En el mundo que pinta The Boys, la brutal nueva serie de Amazon Prime, los superhéroes son malos. Muy malos. Están a sueldo de una omnipotente corporación global llamada Vought, que los crea, patenta y reparte por el mundo como si fuesen franquicias de comida rápida. Los mejores de entre ellos no van a parar a aldeas de mala muerte para redirigir rebaños de cabras telepáticamente, sino que forman el grupo célebre: The Seven. Los Boys del título son los encargados de impartir justicia y detener sus abusos (con extreme prejudice, que dicen los americanos).

El principal malnacido de The Seven es su líder, Homelander, una suerte de reverso oscuro de Superman, con superpoderes parecidos a los del Hombre de Acero (láser-visión, invulnerabilidad, vuelo, superfuerza, flequillo de tungsteno) y traje ultra-patriótico a lo Capitán América, combinados con una mente de serial killer pedófilo, el desprecio por la vida humana de Mao Zedong y la moralina vomitiva de Nancy Reagan.

En la primera temporada, durante un secuestro aéreo, Homelander agarra la mano de un terrorista y se la incrusta en el pecho, y parece una buena acción hasta que vemos que no tiene intención de salvar a los pasajeros. Todos mueren de un modo horrible, pero a él plim, porque es un Dios, y a los dioses la suerte de los mortales se la trae al pairo. Para aumentar las similitudes con un Dios griego, Homelander es también un notorio violador impenitente. Les hablo de la serie de televisión, pero el Homelander original (del cómic The Boys, de Garth Ennis) era aún más hijo de la gran chingada, si pueden creerlo. En una página se cargaba a una familia cristiana, niños incluidos, por la cara, lanzando su coche al vacío y despidiéndoles con la frase “El único hombre en el cielo soy yo” (no Dios, se entiende).

El lado oscuro del superhéroe: una encomiable tradición

Una viñeta del cómic 

‘Superman III’.


Y también, supongo, porque de tanto en cuando interrumpen el baño de sangre, y el alivio nos hace devolverles a la lista heroica. Deadpool, minipimer andante y bufón auto regenerativo, es un asesino de masas, por mucho que le gusten los unicornios y que ocasionalmente neutralice a algún villano. Lobo, “el último czarniano”, es un mercenario despiadado que decidió acabar con su propia raza: cinco billones de paisanos perecieron bajo una plaga de escorpiones venenosos diseñados por él mismo. Llamarle antisuperhéroe es un eufemismo (siente debilidad por los delfines; eso tal vez nivele la destrucción). Por último, The Punisher: un criminal de guerra, simple y llanamente. De no ser un personaje de ficción estaría en La Haya enfrentándose a un tribunal penal internacional.