Refundar el capitalismo (otra vez)

Una década larga después de que los políticos avanzasen la idea, son los economistas, filósofos y sociólogos los que pretenden suprimir los excesos y abusos del mercado para que éste sobreviva

Pocos días después de la quiebra de Lehman Brothers, el gigantesco banco de inversión norteamericano, en septiembre de 2008, un acobardado presidente francés, el conservador Nicolas Sarkozy, hizo unas declaraciones célebres que retumbaron en el mundo entero: “La autorregulación para resolver todos los problemas se acabó: le laissez-faire c’est fini. Hay que refundar el capitalismo (…) porque hemos pasado a dos dedos de la catástrofe”.

Se superó aquel momento crítico en el que todo parecía posible, incluida la quiebra del sistema. El sector financiero, a trancas y barrancas, salió de la crisis mediante paladas y paladas de ayudas públicas (en forma de dinero, avales, garantías, compras de activos malos, liquidez casi infinita a precios muy bajos, etcétera), y aquellos verbos que se conjugaron voluntariosamente una y otra vez —refundar el capitalismo, reformar el capitalismo, regular el capitalismo, embridar el capitalismo, etcétera— se olvidaron. De la Gran Recesión se pasó a una época de “estancamiento secular” (Larry Summers), que es la que estamos viviendo. De la primera, la mayor parte de los ciudadanos salió más pobre, más desigual, mucho más precaria, menos protegida y con dos características políticas que explican en buena parte lo que se está afianzando ante nuestros ojos: más desconfiados (en los Gobiernos, los partidos, los Parlamentos, las empresas, los bancos, las agencias de calificación de riesgos…) y menos demócratas. El resultado ha sido la explosión de los populismos de extrema derecha y la descomposición del sistema binario de partidos políticos que salió de la segunda posguerra mundial, y una concepción instrumental —no finalista— de la democracia: apoyaré la democracia mientras resuelva mis problemas; si no, me es indiferente.


‘SOMBRAS. EL DESORDEN FINANCIERO EN LA ERA DE LA GLOBALIZACIÓN’ Autores: Michael Ash y Francisco Louça.

 

¿Por qué muchos científicos sostienen que el capitalismo no funciona, a pesar de las descripciones de Pinker? Esencialmente porque las distintas desigualdades no paran de crecer, polarizan las sociedades y ponen en peligro la calidad de la democracia. En algunos de los textos se defiende que el capitalismo realmente existente es incompatible con la democracia: aumenta el sentimiento ciudadano de que la civilización tal como la conocemos, basada en la democracia y el debate, se encuentra amenazada. Lo que hace que la situación actual sea particularmente preocupante es que el espacio para ese debate se está reduciendo; parece haber una “tribalización” de las opiniones de política y de sociedad.