Fueron tan buenos, tuvieron tan mala suerte

Una serie de desdichas truncaron la trayectoria del grupo Big Star, referente del rock alternativo

Cuando a Jody Stephens, único miembro vivo de los cuatro originales Big Star, se le pregunta cómo presentaría hoy al grupo a alguien joven, señala: "Les pediría que escuchasen The Ballad Of El Goodo y luego les diría si tienen alguna pregunta más". La respuesta del batería, que habla con EL PAÍS desde su casa de Memphis, podría resultar soberbia. ¿Lo es? Bueno, The Ballad Of El Goodo desborda las emociones del oyente incluso hoy, 51 años después de su edición. Pero también existe algo de orgullo que sale inmediatamente a relucir cuando se plantea una reflexión sobre esta banda de Memphis. Porque resulta complicado encontrar una formación tan influyente y a la vez tan zarandeada por la mala suerte, y esta última circunstancia no debe ser fácil de sobrellevar para alguien que la padeció.

Banda de culto hasta el extremo y héroes para el rock alternativo de los ochenta y noventa, su historia pone de manifiesto lo importante que es el funcionamiento de todo los demás cuando se tienen (sobre todo cuando se tienen) memorables canciones. Si una banda de rock se cimienta sobre grandes esperanzas que la mayoría de las veces no se ven cumplidas, aquí está Big Star para suscribirlo. Estos días, Stephens (Memphis, 71 años) visita España acompañado por una banda de adoradores (renombrada de The Music of Big Star) compuesta por miembros de R.E.M., Wilco o The Posies. En los conciertos tocarán el repertorio de Big Star, espitas de belleza ahogadas por un mar de extrañas vicisitudes.


Chilton, tocando con Big Star en febrero de 2006 en Ámsterdam.

 
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