En memoria de mi madre: Nereyda Salazar de Bueno

Nace el 20 de junio de 1934 en la ciudad de Dr. Arroyo, Nuevo León, un valle en medio de dos cordilleras

Llegó a nuestra querida Reynosa siendo muy niña (de unos seis u ocho años), junto a su familia, en busca de mejores condiciones de vida. Reynosense por adopción, quiso tanto a esta ciudad que jamás se movió de aquí. Su primaria la cursó en la escuela Josefa Ortiz de Domínguez, que se encontraba al parecer en la calle Hidalgo. Recordaba con gran cariño a la profesora María “J”.

De niña en su ciudad natal contaba que  le gustaba subir a los árboles, y ella platicaba que  en un trayecto que ella recorría se encontraba una palma, a la que  daban como referencia, allá por la palma de Nere,  ya aquí en Reynosa  a los 10, 12 años  ayudaba a su madre a vender petróleo en el estanquillo.

Realizó estudios en la Academia Comercial Hidalgo, con  carencias, pero con muchos deseos de salir adelante. Hizo entrañables amigas con las señoras Bertha Ibarra, Gloria Ostos, Ruma de Alejandro e Imelda de Guardiola, sólo por mencionar a algunas de ellas de esa generación, con quienes vivió divertidas vivencias y  anécdotas de juventud. El director de esa academia  era el reconocido profesor De la luz.  Al terminar sus estudios  inmediatamente empezó a trabajar en las oficinas de Agricultura y Ganadería  ubicadas en el puente internacional,  donde realizó actividades de gestoría en los permisos de importación.