Coldcut: “Hacemos música, pero también política”

El dúo pionero de la electrónica publica ‘Keleketla!’, un álbum grabado con músicos sudafricanos, desde grupos tradicionales hasta el maestro del ‘afrobeat’ Tony Allen

“Creo que hay mucho que hablar actualmente sobre apropiación cultural. Así que, como músico blanco, tengo que ser cuidadoso y respetuoso con la cultura negra, con la música negra; saber de dónde viene y no tomar ante ella una actitud colonial. Pero para hacer este disco la invitación llegó de Sudáfrica y por eso ha sido posible realizarlo”. El álbum del que habla Matt Black, quien con Jonathan More forma Coldcut, el dúo británico que lleva más de 30 años en danza y ha sido precursor de no pocos movimientos dentro del ajedrez de la música electrónica, además de crear un sello discográfico como Ninja Tune, es Keleketla. El proyecto surge en Johanesburgo y pasa por Londres, Lagos, Los Ángeles y el oeste de Papúa. Es decir: reúne a Coldcut; a artistas sudafricanos procedentes de la música tradicional, del jazz y del rap; a los maestros del afrobeat Tony Allen y Dele Sosimi; a The Watts Prophets, pioneros del spoken word, y al activista Benny Benda.

Kekelekta! significa respuesta en sepedi, lengua bantú del noreste de Sudáfrica, y da nombre a una biblioteca de Johanesburgo creada en 2008 por los artistas y músicos Rangoato Hlasane y Malose Malahlela, que ofrece un programa extracurricular de aprendizaje para jóvenes, con recursos que les ayudan en sus estudios. Ruth Daniels, de la organización no gubernamental In Place Of War (a la que se destinará parte del dinero de la venta del disco) se puso en contacto con los responsables de la biblioteca para preguntar a quién elegirían ellos para colaborar con artistas sudafricanos en la grabación de un disco. Y surgió el nombre de Coldcut. “Me gusta la frase ‘en el lugar de la guerra’ porque pone arte y música en los lugares en los que hay conflictos armados”, dice Matt, quien confiesa que “mi mujer me animó a aceptar la invitación, ya ella que había trabajado en Sudáfica en la película Queen Of Katwe. Mi mujer es una gran influencia en mi vida y estoy muy contento de que nos persuadiera para hacer este proyecto”.

Cuando a Matt Black le mencionas el norte y el sur para preguntarle por el equilibrio sonoro del álbum responde que de qué norte y de qué sur hablamos y se inclina por las expresiones sur global y norte global, una forma de descolonizar el lenguaje. Nada de Tercer Mundo y otras denominaciones por el estilo, entradas hoy en desuso. “Coldcut viene de la mezcla de cosas y yo creo en la hibridación, en que esa mezcla pueda, a menudo, dar un resultado interesante y fuerte. Así que el equilibrio está en hacer esa hibridación. Me he dado cuenta de que Burna Boy [controvertido rapero nigeriano, cuyo abuelo fue mánager de Fela Kuti], que tiene mucho éxito en estos momentos con ‘Jerusalema’, mezcla el sur con el norte y creo que para la unidad global tenemos que encontrar ese equilibrio, ese punto de encuentro”.

El rap de Yugen Blakrok y de Soundz Of The South Colecctive, los acentos jazz de Nono Nkoana y Sibusile Xaba y la música malombo del legendario percusionista Thabang Tabane, entre otras aportaciones, conformaron las sesiones iniciales de grabación en los estudios Trackside, en Soweto. Después la propuesta fue creciendo: “Nos llamaron desde Sudáfrica y respondimos; cuando volvimos a Londres nosotros también llamamos y las respuestas que tuvimos hicieron el álbum más fuerte. La imagen de la portada refleja muy bien ese proceso. La llamada inicial fue a Tony Allen, ya que podía insuflar mucha energía al álbum. Además, Jonathan y yo somos más que fans de Fela Kuti. Es más: yo no estaría vivo sin Fela, pues su música ayudó a recuperarme cuando tuve un accidente de automóvil hace dos años. También sus posturas políticas y la utilización de la música como arma han sido una gran motivación para Coldcut. Luego llegaron Miles James, Dele Sosimi, Afla Sackey, Shabaka Hutchings, el saxofonista Tamar Osborn… Y creo que el nombre de Ed ‘Thenderlonious’ Cawthorne fue sugerido por el grupo de seguidores de Ninja Tune, que es como una conspiración de fans de la música. Cuando necesitamos a músicos con los que trabajar les preguntamos a ellos. En fin, fue una cascada de llamadas y respuestas”. Justo como la estructura de la música africana, cabría añadir.