La mascota fue un regalo del Príncipe Andrés, para evitar que Isabel II se sintiera deprimida y sola en el castillo mientras su fallecido esposo, el Duque de Edimburgo, estaba enfermo.
De acuerdo con el medio británico The Sun, la Monarca estaba “devastada” cuando el cachorro, de nombre Fegus, murió el fin de semana, poco más de un mes después del fallecimiento de su esposo, el Príncipe Felipe, a los 99 años.
“La Reina está absolutamente devastada. Los cachorros fueron traídos para animarla durante un período muy difícil”, dijo una fuente del Castillo de Windsor al periódico.
“Todos los involucrados están molestos porque esto ocurre tan pronto después de que ella perdió a su esposo”, agregó el informante.
La madre del Príncipe Carlos, conocida por su amor por los canes, había renunciado a tener más después de que su corgi, Vulcan, muriera en octubre pasado.
Le sobrevive otro cachorro que le dio su hijo Andrés, Muick, que lleva el nombre de un lugar en Balmoral, donde la Reina tiene su propiedad escocesa.
También tiene un “Dorgi” mayor, Candy, el último descendiente vivo de un corgi que la Reina recibió en su cumpleaños número 18, según el informe.