Rosario rogó por su libertad

Con voz entrecortada y cansancio, escuchó atenta el veredicto del juez de control que la vinculó a proceso

Ciudad de México.

Con su equipo de seis abogados y sumida en la silla de acusados, Rosario Robles Berlanga escuchó atenta el veredicto del juez de control que la vinculó a proceso por el ejercicio indebido del servicio público, agravado por la continuidad del delito en su paso por las secretarías de Desarrollo Social (Sedesol), y de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu).

La también primera jefa de Gobierno de la hoy Ciudad de México, quien llegó con la seguridad que la caracterizó durante su trayectoria, con voz entrecortada y evidente cansancio, rogó por su libertad y alegó que no tiene patrimonio ni millones de pesos para huir de la justicia, irse a vivir a Canadá y regresar impunemente.

Atrás había quedado la seguridad con la que arribó a las 17:16 horas a los juzgados ubicados en la alcaldía Xochimilco en esta capital, y donde expresó que acudía a dar la cara y que tenía “las faldas bien puestas, tomando al toro por los cuernos”.

Fue una audiencia maratónica que cubrieron decenas de medios de comunicación y que inició a las 18:45 horas del lunes y en donde la defensa presentó 32 datos de prueba.

Con su figura delgada, ataviada de blanco y con el maquillaje impecable, a pesar del cansancio por sus últimas 13 horas en libertad en que enfrentó una agotadora audiencia con las acusaciones de la FGR y de la ASF, Robles intentó no perder su estilo y seguridad, aunque su rostro reflejaba su preocupación, frase que incluso le recordó la Fiscalía General de la República (FGR).

“(...) No tiene el manto protector de impunidad que tenía con Enrique Peña Nieto cuando le dijo ‘no te preocupes, Rosario’. (...) Qué bueno que dio la cara, lamentablemente lo hizo mucho tiempo después de que nos vieron la cara a todos los mexicanos", reprochó la fiscalía.