En minutos, el combustible se extendió entre el monte hasta convertirse en un río con borbollones color negro que alcanzan varios metros de altura.
El incidente se registró en las inmediaciones de las comunidades La Florida y Enramadas, a la altura del kilómetro 8 hacia San Fernando.
Según fuentes extraoficiales, el pozo petrolero era rehabilitado por una empresa subcontratada por Pemex para trabajos de mantenimiento, lo que habría provocado el derrame.
Este lugar se encontraba clausurado tras cerca de 40 años de exploraciones.
Después arribó personal de Petróleos Mexicanos, así como elementos de las fuerzas de seguridad federales, para llevar a cabo los trabajos de restauración y tratar de cerrar la fuga.
El área se encuentra resguardada, mientras los pobladores advierten que el derrame pueda alcanzar las aguas de la laguna.
Hasta las 20:00 horas, el derrame de crudo no había sido controlado pese a los esfuerzos de trabajadores de Pemex.
Soto la Marina, un municipio pesquero, se encuentra a poco más de una hora de la capital, donde también se ubica la playa de la Pesca y una base naval.