En el plano internacional, pesa sin duda la incertidumbre sobre el futuro de las relaciones comerciales entre EU y China y el impacto que ya está teniendo en el retraso de las decisiones de inversión. El giro de los bancos centrales tanto en EU como en Europa, y las políticas de estímulo en China, pueden contrarrestar en parte y por ahora el impacto de la guerra comercial sobre el crecimiento en esas regiones. Pero, sin duda, estamos en un mundo más incierto y con un apetito por el riesgo acotado (especialmente en las inversiones a largo plazo), y eso implica un entorno que no es favorable para América Latina.