Los fallecimientos por Covid-19 en Estados Unidos alcanzaron un promedio de más de 1,900 al día por primera vez desde principios de marzo, y los expertos aseguran que la enfermedad afecta principalmente a un grupo muy específico: los 71 millones de estadounidenses que no están vacunados.
El repunte cada vez más letal ha llenado los hospitales, complicado el inicio del año escolar, postergado el regreso a las oficinas y afectado la capacidad física y mental de los trabajadores de salud.