Austin, Texas.
Primero con la pluma y luego con la espada, los valientes tejanos lucharon por su independencia de un gobierno tiránico en México que negaba a sus ciudadanos las libertades básicas. En el otoño de 1835 en Gonzales, texanos de todos los orígenes se unieron para luchar por la causa de la libertad y defender lo que les pertenecía por derecho.
Meses después, el 2 de marzo de 1836, mientras los delegados se reunían en Washington-on-the-Brazos para firmar la Declaración de Independencia de Texas, valientes defensores continuaban luchando por su libertad.
Muchos tejanos heroicos se perdieron durante la revolución, sobre todo todos los defensores del Álamo y los del Presidio La Bahía en Goliad. Sin embargo, sus sacrificios no fueron en vano y servirían como un grito de guerra para las fuerzas texanas bajo el mando del general Sam Houston.