En el primer despeje del portero de Panamá, Luis Mejía, la escasa afición mexicana en el Estadio Azteca respetó y no gritó el famoso “¡Eh Puto!”, por el cual la Selección Mexicana está bajo lupa por un posible castigo por parte de la FIFA.
A los cinco minutos del partido, el meta canalero hizo un cobro de tiro libre dentro del área y no hubo grito homofóbico desde las tribunas.
El público simplemente se quedó callado.