Harlingen, Tx. - Henry Cuéllar, representante republicano de Texas, estuvo hace unas semanas en el Valle de Texas anunciando apoyos a los organismos que han invertido dinero y esfuerzos para atender a los migrantes.
30 millones de dólares serían repartidos, sin embargo el hecho parece contradictorio cuando organismos como Caridades Católicas declaran que de atender a mil migrantes por día, ahora sus instalaciones están casi vacías.
Según un informe, Caridades Católicas recibió poco más de 600 mil dólares como retribución a lo invertido a la atención de migrantes y el dato es por demás contradictorio porque se maneja con voluntarios que no reciben sueldo alguno y reciben apoyos para alimentación de algunas cadenas de supermercados. La inversión es mínima, la retribución es máxima.
Aunque la mayoría de los inmigrantes no son elegibles para SNAP, incluso si sus hijos son ciudadanos estadounidenses, el efecto también sobrecarga los bancos de alimentos locales. Entre 2017 y 2019, se informó una disminución del 47 por ciento en la inscripción a SNAP y también vio un aumento del 460 por ciento en el uso de su despensa de alimentos.
Esta mayor dependencia de la ayuda alimentaria de emergencia crearía una demanda inmanejable en las organizaciones sin fines de lucro, dijo Jamie Olson, analista de políticas de Feeding Texas. "No podrán reemplazar la asistencia vital que SNAP y otros programas de salud y vivienda brindan a las personas", dijo Olson.
La administración Trump ahora puede apelar las sentencias de los jueces. No importa cómo se desarrolle la batalla legal, los defensores dicen que el daño ya está hecho. Según Andrea Guttin, directora de la Colaboración de Servicios Legales de Inmigración de Houston, "Va a tomar mucho trabajo para revertir lo que han causado los últimos dos años".