Sube el robo en carreteras a mujeres adultos mayores

La inseguridad vial se hace presente con asaltos a conductores en carreteras, como el caso de Ramiro.

Ramiro no ha vuelto a salir de viaje en auto desde noviembre. Esa noche, en la carretera Salamanca-León, en Guanajuato, vio una piedra enorme en el carril de alta velocidad. Iba manejando junto a su esposa, a unos 110 kilómetros por hora. Pensó en esquivarla, pero el riesgo de volcarse era mayor, así que impactó contra ella. Afortunadamente, el golpe solo dañó las llantas de la camioneta, pero ya no pudo avanzar. No fue un accidente, alguien colocó esa piedra en un ataque planeado. Según Carlos Jiménez, vocero de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), obstruir los caminos para obligar al conductor a orillarse es el modus operandi que se repite cada vez más en las autopistas del país. Viajar de noche, ir acompañado de una mujer y manejar una camioneta nueva, jugó en contra de Ramiro, pues los grupos que se dedican a estos robos buscan precisamente a esos viajeros.

Después del impacto, Ramiro bajó a revisar. Estaba oscuro y no se veía nada. A los pocos minutos, otra camioneta se detuvo frente a ellos. Un hombre se acercó ofreciendo asistencia para revisar el carro, pero Ramiro entendió enseguida que no se trataba de ayuda. De pronto, una segunda voz detrás de él: “Avienta tu celular y todo lo que traigas”. Esa noche su esposa, Lucero, sintió que estaba “en la rayita entre la vida y la muerte” y ambos se preguntan, “¿Hacen todo eso por algo de dinero y un par de celulares? Al aventarte una piedra te pueden matar”. Tardaron 30 minutos, que recuerdan eternos en la oscuridad, en llegar los policías. Cuando por fin lo hicieron, les recomendaron no mencionar nada del asalto al seguro porque no les pagarían los daños. “Es totalmente ilógico que no cubran el vandalismo cuando no hacen nada para evitarlo”, se queja, refiriéndose a la cobertura que ofrece el boleto cuando se paga el peaje. Jiménez, que es director de seguros de daños y autos de la AMIS, explica que los criminales utilizan varias estrategias bien estudiadas para forzar a los conductores a detenerse o aprovechar momentos donde están vulnerables. Colocan obstáculos como piedras, varillas o bloques en el camino. Aprovechan embotellamientos por accidentes o casetas para desviar a los automovilistas hacia caminos menos transitados y sin vigilancia, o hacen bloqueos totales con vehículos atravesados. El caso de Ramiro, que tiene 61 años, encaja con el primero.