Pierde el transplante por falta de fármaco

La joven de 29 años atribuye pérdida a la falta de medicina

En 2019, Paola Soriano fue trasplantada con un riñón que le donó su madre. 

Tras más de un año de haber recobrado su vida casi normal, durante la pandemia, en 2020, comenzó a recibir de forma intermitente los medicamentos por parte del IMSS y en 2021 su cuerpo de plano rechazó el injerto

La joven de 29 años atribuye la pérdida a la falta de medicina.

“Desde que me trasplantaron tuve muchos problemas para conseguir el medicamento, nunca he tenido un tratamiento constante. En un principio pude comprar mi medicamento, pero ya a la larga es un tratamiento sumamente caro. En el IMSS no era constante y eso provocó alteraciones y al final fue la pérdida del injerto

“Todo 2019 yo estuve comprando el medicamento; en 2020 dos meses me daban (en la clínica del IMSS) y otro mes no, otro sí”, lamentó la joven, quien pertenece a la organización Héroes y Guerreros, y quien acudió a protestar ayer a la Cámara de Diputados por el desabasto de fármacos.

Ahora que perdió el riñón, la joven tiene que someterse a hemodiálisis por lo menos tres veces por semana y cada vez que lo hace requiere un medicamento para no sufrir anemia, el cual, aseguró, tiene que adquirir con sus propios recursos porque también está en desabasto en el Hospital General de Zona Número 32 del IMSS, en Villa Coapa.

PADECE DIABETES

La joven, quien fue diagnosticada con diabetes desde los 7 años, fue trasplantada en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición y el requisito era que contara con IMSS o ISSSTE para que pudiera recibir el tratamiento, sin embargo, esto no sucedió. 

“La hemodiálisis es realmente esclavizante. Tengo que ir cada tercer días, son tres horas y es un desgaste físico muy grande, lo comparan a correr un maratón; son tres maratones a la semana; es algo sumamente pesado.