Entre alegría, devoción y llanto, cerca de 60 mil peregrinos, provenientes de Neblinas, Querétaro, arribaron a la Ciudad de México para rendir ofrendas a la Virgen de Guadalupe en la Basílica, donde el obispo de Querétaro ofreció una misa en favor de éstos y reconoció su esfuerzo durante los 17 días que duró la peregrinación.
“Durante 17 días se han llamado hermanas y hermanos; por ello, la peregrinación ha sido una verdadera escuela de comunión y de fraternidad. Todas ustedes y todas ustedes son una bendición de Dios”, dijo.
Desde muy temprano, vestidos de blanco, alrededor de 20 mil mujeres, 35 mil hombres y 5 mil ciclistas desbordaron la explanada del recinto religioso, donde se apostaron para descansar y comer tras concluir su viaje.
Por otro lado, destacó que, durante el viaje, “el clima se portó muy benevolente, pero siempre con la fe por delante las jornadas se hacen sencillas”.
Tras la peregrinación, él se marcha “agradecido, fortalecido y con mucha esperanza”, por lo que confía en volver el próximo año “si Dios me da licencia hasta que la vida me deje”.
Josefina caminó una semana para visitar a la Virgen de Guadalupe y agradecerle porque operaron a su esposo del corazón y él salió bien.
Además, llegó a pedir por todos los enfermos de cáncer y “Porque creo en ella y es mi madre santísima y la amo”.
Para ella, el viaje estuvo cansado, “pero valió la pena cada momento”. Ahora, se alista para regresar a Querétaro y volver el próximo año “con más ganas”.
Alfredo tiene 49 años peregrinando. Caminó más de una semana “para venir a dar un agradecimiento de todo lo que nos da la vida. Ella siempre nos ha protegido y seguimos aquí con vida”.
Pese a que admite que el viaje estuvo cansado, “se nos quita llegando con La Morenita, porque emocional y espiritualmente me voy al 100%”.