Cd. de México, México.-En comisiones del Senado, con la fórmula de la mayoría simple, Morena y sus aliados sortearon sin mayor problema las resistencias de la Oposición y empujaron la minuta que amplía hasta 2028 el periodo en el que el Ejército puede ocuparse de tareas de seguridad pública.
No obstante, se prevé que Morena no encuentre las cosas tan fáciles el miércoles, cuando la reforma impulsada por el PRI sea votada por el pleno, donde se necesitarán los votos que cubran las dos terceras partes de los senadores asistentes.
Su correligionario José Antonio Álvarez Lima argumentó que la tarea de pacificar al País no está concluida. "Todas las encuestas demuestran la buena imagen de la Marina y el Ejército. Necesitamos que el Ejército y la Marina continúen apoyando a las policías locales algunos años más", planteó.
Por el PRI -partido que impulsó la iniciativa en San Lázaro-, la senadora Claudia Ruiz Massieu votó en contra; su correligionaria Sylvana Beltrones se abstuvo.
Incisiva, Ruiz Massieu advirtió que la reforma terminará por "convertir a la Guardia Nacional en un cuerpo militar", amén de que "hay una enorme terquedad para justificar una estratega fallida de seguridad pública que no ha dado resultados en tres años. Se trata de seguir una consigna".
Beltrones propuso en vano que se convocara a los Gobernadores para que dieran su punto de vista en torno de la estrategia de seguridad pública.
Coincidió en el diagnósticoEl coordinador de Movimiento Ciudadano (MC), Clemente Castañeda, coincidió en el diagnóstico: "Si hoy las Fuerzas Armadas siguen siendo importantes para las tareas de seguridad pública, es por la propia responsabilidad de este Gobierno, que ha abandonado a su suerte a las policías locales, y mientras no haya ese reconocimiento del fracaso, no habrá estrategia de seguridad eficiente
"Lo que están proponiendo aquí en realidad es prolongar una estrategia de seguridad que ha fallado, no ahora, sino desde hace muchos años y no hay un planteamiento alternativo. Esta reforma es una vil simulación".
El fundador del grupo plural, Germán Martínez, recordó que desde 1996, con Ernesto Zedillo Ponce de León, los militares poco a poco habían ido ganando terreno.
"Un civil debe estar por encima de un militar. Estamos instalando la mentira de que el poder civil manda sobre el militar", protestó.
El senador ex morenista cuestionó al General Luis Crescencio Sandoval por el controvertido discurso que pronunció el 13 de septiembre durante la conmemoración de los Niños Héroes, con el que fustigó a los críticos de las Fuerzas Armadas y deslizó una amenaza velada.
A tono con Germán Martínez, el senador morenista Eduardo Ramírez Aguilar reconoció era una cuestión "muy delicada" que en el Ejército se expresaran posiciones políticas.
El panista Damián Zepeda resaltó el hecho de que, de la noche a la mañana, se había desvanecido "el ataque brutal" contra el diputado y líder nacional del PRI, Alejandro Moreno, dejando al descubierto que se había usado políticamente la justicia y se había logrado un acuerdo político entre el Gobierno y el PRI para impulsar la reforma.
"Cualquier persona que tenga el más mínimo raciocinio en política, se da cuenta de qué fue lo que pasó", dijo el panista.
- El perredista Miguel Ángel Mancera advertiría que normalizar la presencia de las Fuerzas Armadas es contraria al orden constitucional. "La reforma se hizo al vapor es mandar a la Guardia Nacional a la guerra sin fusil", previno.
En la comisión de Puntos Constitucionales, el dictamen pasó con nueve votos en favor, cinco en contra y una abstención de la priista Sylvana Beltrones. En la de Estudios Legislativos Segunda, con nueve votos en favor y cinco en contra.