Durante el segundo semestre del 2024 se reveló un problema que actualmente es uno de los más graves flagelos que aquejan a Jalisco: el reclutamiento de jóvenes por parte del crimen organizado.
El tema cobró relevancia cuando las madres de algunas víctimas decidieron difundir, a través de plataformas como Facebook, la búsqueda de sus hijos. Gracias a esto, otras mujeres se dieron cuenta que había más familias en la misma situación y fueron creando conexiones y visibilizando más casos.
MURAL comenzó a documentar estas desapariciones el 16 de julio de 2024, con la publicación de cuatro casos: Edson, Abisaí, Luis y César; cuatro chicos que en las mismas circunstancias salieron de casa, movidos por la promesa de un trabajo bien remunerado.
Cuando los jóvenes son captados, los reclutadores les prometen riquezas y poder, pero el destino que tuvieron estos cuatro muchachos no puede estar más lejos de eso: fue la cárcel o muerte.
César tenía 19 años cuando se reportó su desaparición el 1 de julio; su madre y su prima difundieron durante meses su búsqueda. En este caso, el joven sí reconoció que se uniría a las filas de un grupo criminal.
Actualmente él está vivo, pero su familia no tiene idea de dónde está. Él, sobrepasado por el miedo, se alejó de todos y solo se comunica por teléfono.
Edson también se fue de casa el 1 de julio, cuando tenía 19 años. Su madre realizó varias manifestaciones en la Central de Autobuses y acudió a Fiscalía a exigir avances, donde sufrió maltrato burocrático e intimidación.
Finalmente, su madre pudo tener noticias en mayo, cuando supo que el joven fue detenido en Guanajuato y vinculado a proceso por desaparición cometida por particulares, ya que fue capturado en un rancho ubicado en la localidad de Las Viborillas, donde se localizó un cadáver dentro de un pozo. Actualmente se encuentra en prisión preventiva en espera de que se decida su situación legal.
Un destino parecido tuvo Abisaí, de quien se reportó su desaparición el 3 de julio.
Tras siete meses de angustia, el 15 de febrero pasado su madre encontró a Abisaí. El muchacho había sido detenido en Tala con armas de fuego y fue vinculado por portación de armas de fuego de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas. Actualmente se encuentra recluido en el penal de Puente Grande.
Por último, Luis salió de casa el 16 de agosto. La última comunicación la tuvo con su novia, a quien le comentó que iría a una entrevista de empleo. Luego de eso no se supo más de él, hasta el pasado 29 de diciembre, cuando una llamada avisó a su familia que necesitaban trasladarse a Zacatecas a recoger su cadáver, pues murió en un enfrentamiento.
Para Jorge Ramírez, investigador de la Universidad de Guadalajara, cada una de estas historias es la historia de cómo una familia se rompió; de madres y hermanos que sufren no sólo la ausencia de sus hijos, sino la falta de voluntad de las autoridades para entender y resolver el problema.
"De hecho, el debate sigue girando sobre malentendidos y prejuicios, por ejemplo, de si es forzado o voluntario, lo cual es un sinsentido y traslada la culpa en quienes se integran, no en las organizaciones criminales que lo hacen", afirmó.