De acuerdo con datos del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), en las últimas dos décadas fallecieron en el país 10 mil 626 personas, 59 millones resultaron afectadas y 576 mil 311 millones de pesos se perdieron, así como 2 millones 103 mil viviendas dañadas, 41 mil 405 escuelas y mil 874 unidades de salud, debido a diversos desastres naturales.
Ante este panorama, especialistas consideran que los gobiernos de México y del mundo deben invertir más y prepararse, con nuevas herramientas, para prevenir desastres y reducir riesgos por inundaciones, huracanes, terremotos y otros fenómenos naturales.
Asimismo, la Organización de Naciones Unidas (ONU) en su Informe de Evaluación Global 2022, advierte que la actividad y el comportamiento del ser humano también contribuyen, cada vez más, a catástrofes en todo el mundo, que en los últimos 20 años fueron entre 350 y 500 desastres de mediana y gran escala cada año.
- En el país, las potenciales pérdidas económicas naturales por sismos, huracanes, tormentas tropicales, sequías y otros desastres naturales ascenderían este 2022 a aproximadamente 52 mil 500 mdp, un incremento de 2.73 por ciento respecto al año anterior.
Por eso, expertos señalan que es necesario invertir en la prevención y reducción de riesgos, de la misma forma en que se plantean medidas de reacción ante las emergencias producidas por desastres naturales.
Para responder a la comunidad ante riesgos catastróficos, el Gobierno federal y dependencias gubernamentales y estatales tienen en empresas como Telecomunicaciones y Servicios del Norte (TSN), herramientas como equipos, productos y servicios de atención a emergencias y atención médica en sitio, especializada para atender situaciones de urgencias y operativos especiales, tales como comandos móviles de seguridad, centros móviles de salud, unidades de habitabilidad, unidades tácticas estratégicas, patrullas y vigilancia aérea.
Esta firma regiomontana, además de equipos médicos para salvar vidas -como respiradores-, también crean refugios para atención médica con iluminación y regulación de temperatura, refugios de ayuda humanitaria y camas médicas, ambulancias (tipo I, II y III, con distintas configuraciones, desde básicos hasta urgencias médicas).
Por otra parte, con recursos presupuestarios, las autoridades deben contratar seguros de daños ocasionados por desastres naturales, que garanticen la reconstrucción o mitiguen las afectaciones de los fenómenos naturales a lo largo del territorio nacional, que dejan millonarias pérdidas económicas.
Actualmente, el país cuenta con el “Seguro de daños ocasionados por desastres naturales (Seguro Catastrófico)”, que cubre hasta cinco mil mdp ante desastres naturales que rebasen un nivel de daños entre 275 y 750 mdp.
Sin embargo, México enfrenta problemas de recursos para este rubro, derivado de la austeridad que implementó este gobierno y que derivó en la extinción, en 2021, del Fideicomiso de Fondo de Desastres Naturales (Fonden), creado en 1999, que proporcionaba suministros de auxilio y asistencia a la población ante situaciones de emergencia.
Este instrumento financiero destinaba recursos para la rehabilitación y reconstrucción de infraestructura pública de los tres órdenes de gobierno, vivienda de la población de bajos ingresos, y espacios naturales como selvas, áreas naturales protegidas, ríos y lagunas. No obstante, esta administración no lo consideró así.
“El Fonden era un barril sin fondo, en cada emergencia se robaban mil, dos mil, tres mil, cinco mil millones de pesos. Entonces, desaparece el Fonden, porque lo que queremos es desaparecer la corrupción en México, pero eso no significa que no se atienda”, justificó el presidente Andrés Manuel López Obrador.