La historia de Joanne Deborah Byron, alias Assata Shakur

La vida de Assata Shakur y su escape a Cuba tras condena por asesinato

Ciudad de México.- El Buró Federal de Investigaciones (FBI) la describe así: ojos color café, cabello negro canoso, con "una variedad de estilos de peinados". Estatura de 5 pies y 7 pulgadas (1,70 metros), peso de entre 61 a 68 kg, cicatrices en el pecho, el abdomen, el hombro y la rodilla izquierda. Sexo femenino, nacionalidad estadounidense, raza negra, nombre Joanne Deborah Byron, alias Assata Shakur.

La exmiembro del Partido Pantera Negra y del Ejército Negro de Liberación (BLA), acusada hace 52 años del asesinato de un agente de la Policía Estatal de Nueva Jersey y refugiada en Cuba por Fidel Castro en los días de Guerra Fría. Hay quien la ha visto en las calles de Centro Habana como un espectro habitando el mundo atribulado de los cubanos. La mayoría no sabe quién es, no la reconocería si se tropiezan con ella en una cola del agromercado. Y mucho menos sospecharía que se trata de una de las personas más buscadas por el Departamento de Justicia de Estados Unidos, una prófuga de 77 años a quien las autoridades estadounidenses no están dispuestas a olvidar.

Hace unos días, un mensaje en la cuenta de X del Secretario de Estado, el cubanoamericano Marco Rubio, se encargó de recordar ciertos pendientes con La Habana. "El régimen cubano sigue dando refugio a terroristas y delincuentes, incluidos prófugos de Estados Unidos", escribió. "Debemos a las víctimas y al pueblo estadounidense nuestro compromiso inquebrantable de exigir responsabilidades al régimen cubano". Se refería al caso Shakur, que desde hace cuatro décadas es una especie de "elefante en la habitación", un tema sobre la mesa en los momentos más amigables o en los más tensos de las relaciones entre Washington y La Habana.

A la edad de 36 años, con sus pómulos marcados y el pelo estilo afro, Shakur llegó a la isla tras protagonizar una espectacular fuga de la cárcel de máxima seguridad de Hunterdon County. Más de medio siglo después del suceso por el que terminó condenada a cadena perpetua, el FBI también recordó que ofrece la recompensa de un millón de dólares por información sobre el paradero de la afroamericana.