Estamos viviendo entre puro polvo

Los árboles son grises, el polvo se acumula en puertas, jardines, ventanas y en los juegos infantiles

Los niños han dejado de ir a la escuela, ven sus bicicletas empolvadas a través de la ventana. Las casas aledañas al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) están cubiertas con plásticos y cobijas, y los vecinos presentan afectaciones respiratorias o cutáneas debido a la cantidad de tierra que expide la obra.

Las calles del Fraccionamiento Paseos de Tecámac, la unidad habitacional más cercana a la Terminal 1 del nuevo aeropuerto en Santa Lucía, están cenizas.

En esta zona del Estado de México los árboles son grises, el polvo se acumula en puertas, jardines, ventanas y en los juegos infantiles.

Sólo una barda de menos de dos metros de alto los separa de la construcción del AIFA. Un vehículo de carga pasa cada 15 minutos y el ruido es constante en la tarde, noche y madrugada; sin embargo, el principal problema es la tierra. Colonos coinciden en que pese a los tres años que lleva la obra, aún no se acostumbran al polvo.