La presidenta Claudia Sheinbaum encabezó este viernes la conmemoración por los 700 años de la fundación de México-Tenochtitlan, donde hizo un llamado a erradicar el racismo y a reconocer la herencia indígena como base para una sociedad más justa e incluyente.
"Recuperar el legado de Tenochtitlan no significa vivir en el pasado. Significa entender que nuestra forma de hablar, de comer, de mirar al mundo está profundamente marcada por esa historia", expresó Sheinbaum durante la ceremonia, al pie del Zócalo capitalino.
Señaló que los pueblos indígenas han sido históricamente marginados desde la llegada de los conquistadores españoles en 1519, quienes impusieron un proceso de colonización que buscó borrar todo rastro de las culturas originarias. Hoy —dijo— es tiempo de reconocer esa deuda histórica y saldarla.
Subrayó que su gobierno ha dado pasos concretos para ese reconocimiento, como garantizar presupuesto directo para las comunidades originarias, conforme a sus usos y costumbres, y elevar sus derechos a rango constitucional.
"El racismo no es un asunto del pasado; erradicarlo es una necesidad para avanzar como país", afirmó.
Durante el acto se inauguró el memorial *Siete Siglos*, se presentó una lectura dramatizada del *Testamento de Tecuichpo* y se realizaron representaciones escénicas sobre momentos clave de la historia mexica.
La arqueóloga Lorena Vázquez Vallin, del INAH, destacó el legado de México-Tenochtitlan en arquitectura, comercio, medicina, astronomía y otras disciplinas que aún perviven. Por su parte, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, recordó que ese legado sigue presente en el escudo nacional, como símbolo de la identidad del país.