La marea rosa grita por la democracia y contra López Obrador

Miles de personas se concentran en el Zócalo de Ciudad de México entre exigencias por unas elecciones limpias y voces que se oponen al presidente

Miles de personas se han dado cita en el Zócalo de Ciudad de México y en las principales ciudades del país para participar en la Marcha por la Democracia. La llamada marea rosa ha salido este domingo a exigir votaciones limpias y respeto a las instituciones democráticas a dos semanas de que empiecen las campañas y a menos de cuatro meses de las elecciones presidenciales del próximo 2 de junio. La manifestación estuvo marcada por las consignas ciudadanas, pero también fue un grito amplificado por miles de voces que se oponen a Andrés Manuel López Obrador. "Queremos que nuestros votos cuenten y vivir en una verdadera democracia", afirma Natalia Carrillo, de 28 años. "Esto no es contra del presidente, pero es verdad que la línea entre oponerse al Gobierno y defender nuestros derechos se está haciendo cada vez más difusa", agrega.

Los organizadores insistieron en que se trató de una movilización apartidista, pese a que contó con la presencia de varios políticos, dirigentes y organizaciones ligados a la oposición. Entre otros, se dieron cita el líder panista, Marko Cortés y el perredista, Jesús Zambrano. Xóchitl Gálvez, la candidata opositora a la presidencia, no acudió por la veda electoral y para evitar "malinterpretaciones". "Esta es una marcha por la defensa de la democracia, de sus instituciones", dijo en un video. Su rival, la oficialista Claudia Sheinbaum, realizó en paralelo un acto para hacer oficial su registro como candidata. Los organizadores de la marcha hablan de 700.000 participantes, mientras otras fuentes aseguran que la convocatoria fue más modesta. Todo se enmarca en una mañana de domingo atravesada por la efervescencia política que vive el país.

Esa frontera borrosa entre el carácter ciudadano de la protesta y sus implicaciones e interpretaciones políticas estuvo presente durante toda la manifestación. La marea rosa fue una confluencia de personas que se oponen a los ataques contra el Instituto Nacional Electoral (INE), de quienes defienden la independencia del Poder Judicial y reclaman la intención de desaparecer los órganos autónomos, pero también trajo ríos de manifestantes que acusan al presidente de orquestar un giro autoritario, de incidir en la contienda electoral y de alimentar la polarización. Por cada "¡México, México!", hubo un "Fuera López", por cada "El INE no se toca" hubo gritos contra "el narcopresidente", por cada bandera nacional que se llevaba a cuestas había un letrero contra "la dictadura de Morena".

"El Gobierno quiere mostrar una imagen de que todo está bien y de que todo mundo está de acuerdo con lo que están haciendo, nosotros venimos a mostrar nuestra inconformidad", señala Javier Arias, de 42 años. El manifestante se queja de que el presidente "se ha metido de forma descarada en la elección", pero defiende el carácter ciudadano de la protesta al argumentar que "no se está haciendo proselitismo a favor o en contra de nadie". "Es una manifestación opositora, pero apartidista", comenta. "Esta es la última oportunidad que tenemos de salir a defender nuestro voto, sin importar por quién vaya a votar cada uno", coincide Samadhi Reynoso, de 43 años, sobre la decisión de protestar antes de que arranquen las campañas el próximo 1 de marzo.

En un templete colocado frente al Palacio Nacional, la sede del Ejecutivo federal, uno de los organizadores explicó que, mientras en otras ediciones de la marcha se había cuidado en evitar mencionar el nombre de López Obrador y de otros políticos, en esta ocasión era importante dejar ver que "el presidente es parte del problema" y que "tiene que entender que no es el candidato". Las autoridades colocaron una valla metálica desde hace un par de días en los alrededores del Palacio y en algunas de las calles aledañas al Zócalo. "Están convocando a una manifestación para defender la corrupción, aunque digan que les importa la democracia", dijo el mandatario en su conferencia de prensa del viernes y que da cuenta del ambiente que precedió a la protesta. "No hay novedad", ha añadido hoy el mandatario. En el centro de la plaza tampoco ha ondeado la bandera de México, un hecho notado y criticado por varios de los asistentes.