Dos ataques perpetrados de manera paralela el jueves en Colombia han dejado al menos 13 personas fallecidas, incluidos policías, y decenas de heridos, según las autoridades que los atribuyeron a las disidencias de la extinta guerrilla Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
El presidente colombiano Gustavo Petro informó que ocho policías fallecieron y ocho más resultaron heridos como consecuencia del ataque a un helicóptero de la policía colombiana que fue derribado en Antioquia, en el noroeste de Colombia. Aseguró que el aparato tenía como misión llevar personal para la erradicación de cultivos de hoja de coca en zona rural de Amalfi.
Petro señaló a través de la red social X a las disidencias de las FARC como los presuntos responsables, aunque previamente había señalado al Clan del Golfo, el mayor cártel de drogas activo en el país, asegurando que el helicóptero fue atacado como una retaliación a la incautación de cocaína en que pertenecería al grupo.
Tanto las disidencias de las FARC — que no se acogieron a un acuerdo de paz con el gobierno en 2016 — como el Clan del Golfo tienen presencia en Antioquia.
Posteriormente, Petro pidió "al mundo" que considere como una organización terrorista a la "junta del narcotráfico", una organización de la que no hay detalles públicos y que señaló de dirigir varias facciones de las disidencias FARC y el Clan del Golfo.
El gobernador de Antioquia, Andrés Julián, dijo en la misma red social que el helicóptero fue atacado en medio de sembradíos de hoja de coca con un dron, sin dar más detalles. Mientras que el ministro de Defensa, Pedro Sánchez, aseguró que la información preliminar apunta a que el ataque produjo un incendio en el helicóptero, sin indicar que fue derribado.