Startup israelí Gigablue y su tecnología para salvar el planeta en entredicho

Startup israelí Gigablue enfrenta escepticismo de científicos por su propuesta de salvar al planeta con partículas en el océano.

La startup Gigablue anunció este año con bombo y platillo que alcanzó un hito histórico: la venta de 200.000 créditos de carbono para financiar lo que describe como una tecnología pionera en la lucha contra el cambio climático.

Fundada hace tres años por un grupo de emprendedores en Israel, la empresa dice que diseñó partículas que, cuando son liberadas en el océano, atraparán el carbono en el fondo del mar. Al "aprovechar el poder de la naturaleza", puntualiza Gigablue, su trabajo no hará nada menos que salvar al planeta.

No obstante, científicos externos, frustrados por la falta de información publicada por la compañía, reportan que aún hay serias dudas sobre si la tecnología de Gigablue funciona como la empresa describe. Sus preguntas ponen de manifiesto las tensiones en una industria que se basa en una escasa regulación y grandes promesas —y la tentadora oportunidad de obtener ganancias.

Jimmy Pallas, organizador de eventos con sede en Italia, llegó a un acuerdo con Gigablue el año pasado. Expuso que confía en que la empresa cumpla lo que le prometió: garantizar que la huella de carbono del transporte, las comidas y la electricidad de un evento reciente para 1.000 personas se compense con partículas en el océano.

El servicio de Gigablue es como "un cubo de basura adicional" donde él puede desechar sus emisiones indeseables, dijo.

"De la misma forma que uso mi cubo de basura, no sigo a dónde lleva mi basura el camión que viene y la recoge", agregó. "Creeré en lo que ellos me dicen".

"Cientos de miles de créditos de carbono"

Gigablue tiene una visión enorme para el futuro de la eliminación de carbono. Fue nobrada originalmente "Gigatón" en referencia a los 1.000 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono que la mayoría de los científicos sostienen que es necesario eliminar de la atmósfera anualmente para reducir la velocidad del calentamiento global.

La empresa inició pruebas en el océano Pacífico Sur el año pasado y refiere que trabajará con las autoridades nacionales para crear un "campo de secuestro" —una parte específica del océano donde se liberarán "pulsos" de partículas con base en las estaciones.

Gigablue agrega que su solución es, además, asequible —con un precio que atrae a los inversores.

"Cada vez que vamos al océano, generamos cientos de miles de créditos de carbono, y esto es lo que haremos continuamente durante los próximos años y hacia el futuro, en cantidades más y más grandes", manifestó Ori Shaashua, cofundador de la empresa.

Los créditos de carbono, que han ganado popularidad en la última década, son unidades que representan la eliminación de una tonelada métrica de dióxido de carbono de la atmósfera. En teoría, las empresas que compran créditos alcanzan una huella de carbono menor sin necesidad de reducir sus propias emisiones —por ejemplo, al pagar a un proveedor para que plante árboles o capture dióxido de carbono del aire.

Solo unos pocos países exigen a las industrias locales que compren créditos de carbono. La mayoría de las empresas que los adquieren, incluidas Microsoft y Google, lo hacen de forma voluntaria.

Los créditos han ayudado a financiar a varias startups como Gigablue, que están deseosas de enfrentar la crisis climática, pero que también están reguladas de forma desigual, son científicamente complejas, y, en algunos casos, han sido vinculadas a fraudes.

Los 200.000 créditos de Gigablue están comprometidos con SkiesFifty, una empresa de reciente creación que invierte en prácticas más ecológicas para la industria de la aviación. Es la mayor venta hasta la fecha de una startup climática que opera en el océano, según el sitio web de monitoreo CDR.fyi, y representa más de la mitad de todos los créditos de carbono relacionados con el mar que se vendieron el año pasado.

Y eso podría impulsar una rápida aceleración del trabajo de la empresa. Gigablue espera alcanzar este año la meta de capturar 10 toneladas métricas de dióxido de carbono por cada tonelada de partículas que libera, informó Shaashua. A ese ritmo, Gigablue dispersaría al menos 20.000 toneladas de partículas en el océano.

Gigablue no reveló cuánto ganó con la venta y el equipo de SkiesFifty declinó ser entrevistado para este artículo. La mayoría de los créditos se venden por unos pocos cientos de dólares cada uno —pero un gráfico en el sitio web de Gigablue sugiere que sus precios son más bajos que casi cualquier otra forma de captura de carbono en el mercado.

Una misión para salvar al mundo

La startup es la creación de cuatro emprendedores provenientes de la industria tecnológica. Según sus perfiles en LinkedIn, el director general de Gigablue trabajó previamente para una startup de comestibles en línea, mientras que su director de operaciones fue vicepresidente de SeeTree, una empresa que recaudó 60 millones de dólares para proporcionar a los agricultores información sobre sus árboles.

Shaashua, quien a menudo es también la cara de Gigablue, dijo que se especializa en el uso de inteligencia artificial (IA) para lograr resultados positivos en el mundo. Cofundó una empresa de minería de datos que rastreó los riesgos de exposición durante la pandemia de COVID-19, y dirigió una startup automotriz que negociaba datos sobre el kilometraje de los automóviles y los patrones de tráfico.

"Hace tres años, decidí aplicar la misma fórmula, por así decirlo, al clima", dijo Shaashua.

Bajo su dirección, añadió, Gigablue creó un "gemelo digital" del océano impulsado por IA, con base en decenas de métricas para determinar dónde liberar las partículas.

Sapir Markus-Alford, la directora de tecnología, se licenció en Ciencias de la Tierra y Ambientales en la Universidad Ben-Gurion, de Israel, en 2021, poco antes de la fundación de Gigablue.

Markus-Alford refirió que comenzó sus estudios y su posterior trayecto hacia Gigablue tras observar arrecifes de coral blanqueados y otros impactos del calentamiento de las aguas en una serie de viajes de buceo alrededor del mundo.

"Comprendí que lo mejor que podíamos hacer por el océano era eliminar el CO2", agregó Markus-Alford.

Un portavoz de Gigablue no respondió si los demás cofundadores tienen títulos de posgrado en oceanografía o ciencias ambientales, pero mencionó que el equipo de la empresa cuenta con un total de 46 personas con doctorado y experiencia en biología, química, oceanografía y ciencias ambientales. Markus-Alford afirmó que esa cifra incluye a expertos y académicos externos, así como a "todos los que nos apoyan".

El personal de la empresa se ha expandido desde Israel hasta centros en Nueva York y Nueva Zelanda, añadió Shaashua.

En publicaciones en redes sociales que anuncian vacantes, los empleados de Gigablue animan a los solicitantes: "¡Únete a nuestra misión para salvar al mundo!".