Investigadores examinaron los restos de un funicular en el centro de Lisboa el jueves para tratar de determinar por qué la popular atracción turística descarriló durante la concurrida temporada de verano, matando a 16 personas e hiriendo a 21, cinco de ellas de gravedad.
La fiscalía general de Portugal detalló que hasta ahora se han identificado ocho víctimas: cinco portugueses, dos surcoreanos y una persona suiza.
Con base en documentos recuperados y otras evidencias, existe “una posibilidad alta” de que entre los muertos también se encuentren dos canadienses, un estadounidense, un alemán y un ucraniano, según el jefe de la policía nacional de investigación, Luís Neves. Tres permanecen sin identificar.
Entre los heridos hay españoles, israelíes, portugueses, brasileños, italianos y franceses, informó Álvaro Santos Almeida, director ejecutivo del Servicio Nacional de Salud de Portugal.
Las nacionalidades parecen confirmar las sospechas de que el Elevador da Glória viajaba lleno de turistas, así como de locales, cuando se salió de sus rieles durante la hora punta de la tarde del miércoles. Lisboa recibió alrededor de 8,5 millones de turistas el año pasado, y suelen formarse largas filas de personas para el breve y pintoresco recorrido del funicular, que sube y baja unos pocos cientos de metros por una calle de la capital del país.
“Esta tragedia... va más allá de nuestras fronteras”, dijo el primer ministro Luis Montenegro en su residencia oficial, calificándola como “una de las mayores tragedias de nuestro pasado reciente”. Portugal guardó un día de luto nacional el jueves.
Las 16 autopsias se concluyeron el jueves, pero la identificación de tres víctimas requiere acceso a registros dentales o ADN familiar que se encuentran en el extranjero, explicó Francisco Corte-Real, jefe del Instituto Nacional de Medicina Forense, en una conferencia de prensa conjunta.
“Podríamos haber sido nosotros”
Felicity Ferriter, una turista británica de 70 años, acababa de llegar con su esposo a un hotel cerca del lugar del choque y estaba desempacando su maleta cuando escuchó “un estruendo horrendo”.
“Lo oímos, oímos el golpe”, dijo a The Associated Press fuera de su hotel.
La pareja había visto el tranvía cuando llegaron y tenían la intención de subirse al día siguiente.
“Era uno de los puntos señalados de nuestras vacaciones”, dijo, añadiendo: “Podríamos haber sido nosotros”.
La testigo Teresa d’Avó contó a la televisora portuguesa SIC que parecía que el tranvía no tenía frenos.
“Impactó el edificio con una fuerza brutal y se deshizo como una caja de cartón”, dijo, describiendo cómo los transeúntes se dispersaron hacia el medio de la cercana Avenida da Liberdade, la principal arteria de la ciudad.
Francesca di Bello, una turista italiana de 23 años de vacaciones en Lisboa con su familia, había estado en el Elevador da Glória unas horas antes del descarrilamiento.
Pasaron por el lugar del incidente acordonado el jueves, sorprendidos por los restos destrozados. Al preguntarle si volverá a subirse a un funicular en Portugal o en otro lugar, Di Bello fue enfática: “Definitivamente no”.
Servicio detenido por inspeccionesEl servicio, inaugurado en 1885, circula entre la plaza de los Restauradores y el barrio de Bairro Alto, conocido por su vida nocturna. El Elevador da Glória está clasificado como monumento nacional.
El Ayuntamiento de Lisboa detuvo las operaciones de otros tres famosos funiculares en la ciudad al tiempo que se realizaban inspecciones inmediatas.
Las banderas de la Unión Europea en el Parlamento Europeo y la Comisión Europea en Bruselas ondearon a media asta. Varios mandatarios de la UE expresaron sus condolencias en las redes sociales.