Nueva York, EU.- Cuando un video sospechoso de boletas siendo destruidas en Pensilvania llamó la atención en las redes sociales en octubre pasado, las agencias federales respondieron rápidamente y lo calificaron como desinformación rusa.
El Día de las Elecciones en noviembre, las amenazas de bomba a los centros de votación en numerosos estados causaron relativamente pocas interrupciones en la votación. Es uno de los muchos escenarios cubiertos por la agencia de ciberseguridad del país en su comunicación con funcionarios estatales y locales.
El futuro de esa asistencia ahora es incierto.
La reducción y disolución de agencias federales por parte del gobierno del presidente Donald Trump ha afectado los esfuerzos que mejoran la seguridad electoral y monitorean la influencia extranjera. Eso podría crear brechas que los enemigos de Estados Unidos podrían explotar la próxima vez que el país celebre una elección importante.
"Nuestros adversarios están elevando su nivel de juego cada día", advirtió la exjefa de ciberseguridad del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés), Suzanne Spaulding. "Me preocupa que, al mismo tiempo, estemos desmantelando nuestras defensas".
La semana pasada, la nueva secretaria de Justicia Pam Bondi disolvió un grupo de trabajo del FBI centrado en investigar operaciones de influencia extranjera, incluidas aquellas que apuntan a las elecciones en Estados Unidos. También limitó el alcance de las acciones de cumplimiento contra personas que no divulgan el cabildeo en nombre de gobiernos extranjeros. Escribió que los cambios "liberarán recursos para abordar prioridades más urgentes y terminar con los riesgos de una mayor conversión en arma y abusos de la discreción procesal".
El gobierno de Trump también ha realizado recortes drásticos en la Agencia de Ciberseguridad e Infraestructura de Estados Unidos, que supervisa la infraestructura crítica del país, incluidos los sistemas electorales. El sábado, un alto funcionario del DHS dijo que los despidos masivos de empleados federales en período de prueba habían resultado en la reducción de más de 130 empleados en CISA. No estaba claro de momento si esos incluían a 17 empleados que habían trabajado en la seguridad electoral y que fueron puestos en licencia la semana pasada.
El funcionario del DHS también indicó el sábado que CISA estaba pausando todas las actividades de seguridad electoral a la espera de una revisión de su financiamiento, actividades y personal. La agencia estaba finalizando su participación en un programa voluntario que compartía información sobre defensas cibernéticas con funcionarios electorales estatales y locales.
Las medidas envían un mensaje de que asegurar las elecciones en Estados Unidos contra la interferencia de países como Rusia, China e Irán ya no es una prioridad del gobierno federal, subrayó Larry Norden, un experto electoral del Brennan Center for Justice.
"Creo que seríamos ingenuos al pensar que los malos no reciben ese mensaje también, que habrá menos vigilancia para proteger nuestras elecciones", afirmó.